El ascenso de los ingresos de los trabajadores más pobresEn Brasil, 2024 se destacó como un año de crecimiento significativo para los ingresos de los trabajadores, especialmente para aquellos que pertenecen a la mitad más pobre de la población. Los datos muestran que las ganancias de esta clase social aumentaron en un 10,7%, superando la inflación y los incrementos de ingresos de la clase media y de los más ricos.
Este cambio es una señal positiva para la distribución de ingresos en el país, que, durante muchos años, ha enfrentado profundas desigualdades. El aumento de los ingresos no solo superó la inflación general, sino que también fue superior al aumento de los precios de los alimentos, que alcanzó el 7,7%.Impacto de la inflación y la popularidad del gobiernoA pesar del crecimiento en los ingresos, la popularidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sufrió una caída pronunciada.
Según encuestas, la aprobación del gobierno cayó del 35% al 24% en pocos meses. Esta contradicción entre el aumento de los ingresos y la insatisfacción popular puede atribuirse a la inflación de alimentos, que afecta directamente el poder adquisitivo de las familias más vulnerables.
Los expertos afirman que la población es extremadamente sensible a estos aumentos, lo que puede explicar la deterioración de la imagen del gobierno, incluso en un escenario de crecimiento económico.Perspectivas económicas y desafíos futurosEl panorama económico para 2024 presenta desafíos significativos.
Aunque los ingresos han aumentado, la continuidad de este crecimiento dependerá de factores como la tasa de interés y la desaceleración económica. El economista Marcelo Neri destaca que, sin el impulso de políticas gubernamentales como las implementadas en 2023, el futuro de los ingresos y del empleo puede ser incierto.
Además, la inflación de alimentos sigue siendo una preocupación, con previsiones de que los precios puedan subir aún más, presionando a las familias de bajos ingresos. La combinación de un mercado laboral en recuperación y la necesidad de inversiones en infraestructura será crucial para determinar el rumbo de la economía brasileña en los próximos años.