La reciente incautación de aproximadamente 1,600 kilogramos de cocaína por parte de la Marina Mexicana plantea una pregunta incómoda: ¿realmente estamos ganando la batalla contra el narcotráfico? Aunque la cifra de drogas confiscadas es impresionante, es fundamental analizar los números detrás de estas acciones y su verdadero impacto en el crimen organizado.
Desglosando los números: lo que realmente importa
Desde que la presidenta Claudia Sheinbaum asumió el cargo en octubre de 2024, las autoridades han confiscado más de 48 toneladas de cocaína. A primera vista, estos números parecen alentadores. Sin embargo, los datos de crecimiento cuentan una historia diferente. Aunque 3.2 mil millones de dosis de cocaína han sido retiradas de las calles, surge la pregunta: ¿es esto suficiente para desmantelar las operaciones de los cárteles? La economía del narcotráfico sigue siendo robusta, con un impacto estimado de 371.8 mil millones de pesos (aproximadamente 20.06 mil millones de dólares) en el crimen organizado.
Las incautaciones son solo una parte del rompecabezas. La DEA ha señalado que Colombia, Perú y Bolivia son los principales proveedores de cocaína hacia Estados Unidos, y los cárteles mexicanos continúan obteniendo envíos masivos. Sin un enfoque integral que aborde tanto la oferta como la demanda, estas incautaciones pueden parecer más un juego de sombras que una solución definitiva.
Lecciones de fracasos anteriores y éxitos notables
He visto demasiadas iniciativas fallar porque se enfocaron más en las cifras que en la estrategia a largo plazo. La incautación de drogas es un indicador, pero no el único. La colaboración internacional, así como programas de prevención y tratamiento de adicciones, son igualmente cruciales. En el pasado, algunas estrategias han logrado reducir el narcotráfico, pero sin una sostenibilidad a largo plazo, los resultados se desvanecen rápidamente.
Un ejemplo positivo se observa en la implementación de programas comunitarios en algunos estados, que han mostrado resultados prometedores al reducir la incidencia de consumo de drogas en la juventud. Este tipo de enfoques no solo abordan el problema desde la raíz, sino que también crean un entorno menos propenso a la violencia y la delincuencia. Es vital aprender de estos casos y replicar lo que funciona.
Takeaways: ¿hacia dónde vamos?
La lucha contra el narcotráfico en México es compleja y multifacética. Es evidente que las incautaciones son un componente importante, pero no deben ser el único enfoque. Para que las estrategias sean efectivas, deben incluir aspectos como: 1) Colaboración internacional: Trabajar de la mano con otros países para abordar el problema de manera conjunta. 2) Prevención y tratamiento: Invertir en programas que ayuden a reducir la demanda de drogas. 3) Evaluación continua: Monitorear y ajustar las estrategias basándose en datos reales y resultados medibles. Sin un enfoque holístico, corremos el riesgo de caer en el mismo ciclo de fracasos del pasado.