La política comercial implementada por el expresidente Donald Trump ha provocado un cambio significativo en las relaciones comerciales internacionales. Un estudio de la Universidad de Yale revela que los aranceles impuestos son los más altos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de algunos recortes recientes. Este aumento ha encarecido las importaciones, afectando tanto a empresas como a consumidores en todo el mundo.
Desde el 2 de abril de 2025, Trump puso en marcha una serie de aranceles aplicables a todas las importaciones, comenzando con un mínimo del 10%. Este movimiento, denominado “el Día de la Liberación”, ha estado marcado por fluctuaciones en las tasas arancelarias, sorprendiendo a muchos en el ámbito comercial.
La volatilidad en las tasas arancelarias
El Laboratorio Presupuestario de Yale ha documentado que la tasa arancelaria efectiva ha experimentado cambios drásticos, comenzando en un 2,4% en enero y alcanzando picos cercanos al 28% tras anuncios realizados en abril. Este clima de incertidumbre obliga a comerciantes y empresas a adaptarse rápidamente a cada cambio. Por ejemplo, los aranceles aplicados a la Unión Europea aumentaron en un 20%, desestabilizando las relaciones comerciales tradicionales.
Consecuencias para los países afectados
Los países que enfrentan aranceles más bajos se encuentran en una posición más competitiva frente a aquellos que lidian con tasas elevadas. Tras las recientes negociaciones comerciales, un arancel del 15% se ha convertido en un nuevo estándar, que, aunque favorable, representa un aumento considerable en comparación con los niveles anteriores a la administración Trump.
La Comisión Europea ha señalado que esta situación otorga una ventaja relativa a las economías que no han visto incrementados sus aranceles. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de estas políticas sigue generando inquietudes tanto entre economistas como entre la población en general.
Impacto en consumidores y pequeñas empresas
Las repercusiones de esta política arancelaria son palpables en todos los niveles. Un informe reciente del Bank of America destaca que las pequeñas empresas estadounidenses enfrentan un aumento significativo en sus costos debido a los aranceles. Esta presión económica ha llevado a los consumidores a reconsiderar sus gastos, especialmente durante épocas de compras como las festividades.
Preocupaciones sobre la inflación
La inflación se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los ciudadanos. Según Paul Donovan de UBS, la percepción de un aumento en el costo de la vida ha llevado a la Casa Blanca a tomar medidas para aliviar la carga económica de los consumidores. Esto incluye la reducción de tarifas arancelarias en productos esenciales, como alimentos y otros bienes de consumo.
Recientemente, Trump alcanzó acuerdos con varios países latinoamericanos para reducir aranceles en productos que no se producen en Estados Unidos, así como con Suiza, donde las tarifas se redujeron del 39% al 15%. Este enfoque busca mejorar la competitividad de los productos estadounidenses y disminuir la presión sobre los consumidores.
El juego geopolítico en América Latina
La administración Trump también busca fortalecer su influencia en América Latina a través de nuevos acuerdos comerciales. Estos acuerdos están diseñados para competir directamente con la creciente presencia de China en la región. A medida que Estados Unidos firma acuerdos con países como Argentina y Ecuador, la Unión Europea se encuentra en una posición vulnerable debido a las complicaciones en sus negociaciones con Mercosur.
Vladimir Rouvinski, politólogo de la Universidad ICESI, explica que estos movimientos no solo benefician a los países latinoamericanos, sino que también les otorgan mayor margen de maniobra en el contexto global. Sin embargo, la situación es compleja, ya que los nuevos acuerdos de Estados Unidos podrían entrar en conflicto con las normativas de Mercosur, generando incertidumbre sobre el futuro de la región.
Desde el 2 de abril de 2025, Trump puso en marcha una serie de aranceles aplicables a todas las importaciones, comenzando con un mínimo del 10%. Este movimiento, denominado “el Día de la Liberación”, ha estado marcado por fluctuaciones en las tasas arancelarias, sorprendiendo a muchos en el ámbito comercial.0


