La identificación racial es un tema delicado y complejo en Brasil, especialmente cuando se trata de las políticas de cuotas raciales en concursos públicos. Recientemente, el Instituto de Defensa de los Derechos de las Religiones Afrobrasileñas (Idafro) solicitó al Supremo Tribunal Federal (STF) que revisara una decisión que utilizó la palabra “negros” para definir características fenotípicas, en lugar de enfocarse en la clasificación racial. Esto pone de relieve una pregunta incómoda: ¿estamos realmente abordando la identidad racial de manera efectiva o estamos perpetuando confusiones que podrían tener consecuencias legales importantes?
Análisis de la decisión del STF
El 12 de octubre, el STF afirmó que tiene la autoridad para examinar los actos de las comisiones de heteroidentificación en los concursos públicos. Esta decisión es crucial para asegurar el derecho a la defensa y al debido proceso. Sin embargo, la forma en que se definieron las categorías raciales ha generado preocupación. Al referirse a “vagas reservadas a personas negras y pardas”, el STF ha utilizado una terminología que contradice sus propios precedentes legales, los cuales exigen que la clasificación se realice en términos de “preto” o “pardo”.
Los abogados que firmaron la petición de corrección argumentan que el uso de la palabra “negros” es problemático, ya que se enfoca en la genética y la raza de origen, lo que podría llevar a confusiones y debates interminables. Proponen que las comisiones se centren en los rasgos fenotípicos, algo que puede ser evaluado de manera más objetiva y efectiva.
El contexto sociocultural del racismo en Brasil
Es fundamental recordar que en Brasil, el racismo se basa más en el fenotipo que en la herencia étnica. Esto significa que las comisiones de heteroidentificación deberían considerar cómo los individuos se presentan visualmente, en lugar de intentar definir su origen racial. Este enfoque es no solo más práctico, sino que también se alinea mejor con la realidad sociocultural del país.
El Idafro busca que el STF reafirme su jurisprudencia, sosteniendo que la autoidentificación como “preto” o “pardo” es suficiente. Según los abogados involucrados en el caso, esto simplifica el proceso y evita malentendidos que podrían surgir de definiciones más complejas y biológicamente orientadas.
Lecciones para el futuro de las políticas de identidad
Este caso subraya la necesidad de que las políticas de identificación racial sean claras y justas. Cualquier persona involucrada en la creación de políticas o en la gestión de comités de identificación debe ser consciente de las implicaciones de sus decisiones. Es esencial tener en cuenta las realidades socioculturales en las que operan estas políticas, evitando así la trampa de las definiciones ambiguas que podrían llevar a injusticias.
La experiencia de observar cómo se desarrollan y, en ocasiones, se desmoronan las políticas de identidad racial sirve como un recordatorio constante para los responsables de la formulación de políticas: la claridad y la objetividad son esenciales para crear un sistema que funcione para todos. Como se ha evidenciado en este caso, la falta de definiciones claras puede resultar en confusión y, en última instancia, en fallos legales que no benefician a nadie.
Conclusión y reflexiones finales
La identificación racial en Brasil es un tema que requiere atención cuidadosa y consideración. La reciente solicitud del Idafro al STF no solo plantea cuestiones sobre la terminología utilizada, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre cómo se manejan las identidades raciales en las políticas públicas. En un país tan diverso como Brasil, la capacidad de adaptarse y evolucionar en la comprensión de la raza y la identidad es esencial para promover una sociedad más justa e inclusiva.