Más de una semana después de las elecciones presidenciales en Honduras, el país se encuentra atrapado en un mar de incertidumbre. A pesar de que el conteo de votos avanza, no se ha declarado un ganador definitivo, lo que ha generado tensiones y críticas tanto a nivel nacional como internacional. La contienda electoral se ha caracterizado por pausas en el conteo y numerosas denuncias de irregularidades, dejando a la población en un estado de espera y ansiedad.
El candidato de la derecha, Nasry Asfura, respaldado por el presidente estadounidense Donald Trump, lidera el conteo con un 40.53% de los votos, mientras que su principal rival, Salvador Nasralla, de centroderecha, logra un 39.16%. La distancia entre ambos se ha ampliado a 43,766 votos a favor de Asfura, pero la situación sigue siendo frágil y sujeta a revisiones.
Revisión del proceso electoral
A medida que se realiza el escrutinio, el Consejo Nacional Electoral (CNE) se enfrenta a un arduo trabajo: verificar más de 500,000 votos que han sido objeto de quejas por inconsistencias. La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, mencionó que el conteo estuvo detenido por problemas técnicos, lo que provocó críticas de diversos sectores que exigen transparencia y rapidez en el proceso.
Desafíos en el conteo de votos
Desde que comenzaron las elecciones, el conteo ha enfrentado múltiples interrupciones. Según informes, de las 19,052 actas transmitidas, 16,279 fueron consideradas correctas, mientras que 2,773 presentaron inconsistencias. Esto no solo ha generado desconfianza, sino que también ha alimentado acusaciones de manipulación por parte de los partidos involucrados. Nasralla, por su parte, ha denunciado un “robo” electoral y exige un conteo voto por voto.
Reacciones y denuncias de intervención
La situación se complica aún más por las declaraciones del gobierno estadounidense. Washington ha afirmado que las elecciones fueron legítimas y no hay evidencia suficiente para anular los resultados. Esto ha sido interpretado como una injerencia en los asuntos internos de Honduras, lo que ha generado un fuerte rechazo por parte de la oposición.
Posturas de los candidatos
Rixi Moncada, candidata del partido Libre, que quedó en tercer lugar, ha pedido la nulidad total de las elecciones y ha instado a investigar los actos que considera de terrorismo electoral. Moncada ha calificado de injerencia las acciones de Trump, afirmando que estas han alterado la soberanía del pueblo hondureño. Por otro lado, el partido Nacional, cercano a Asfura, se muestra optimista respecto a los resultados, afirmando que han llevado un registro minucioso de las actas electorales.
El futuro político de Honduras
La incertidumbre en torno al resultado final podría prolongarse hasta finales de diciembre, ya que el CNE tiene un plazo de 30 días para oficializar los resultados. La situación política de Honduras podría marcar un cambio hacia un gobierno de derecha, siguiendo la tendencia que han mostrado otros países de la región en las últimas elecciones.
La inestabilidad generada por este proceso electoral ha puesto en el centro del debate temas como la corrupción y la transparencia electoral. Además, la reciente decisión del fiscal general de Honduras de emitir una orden de captura internacional contra el expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en EE.UU. por narcotráfico, reabre interrogantes sobre la rendición de cuentas y la justicia en el país.
Honduras se encuentra en una encrucijada política, donde la falta de claridad en los resultados electorales, las acusaciones de fraude y la presión internacional jugarán un papel crucial en el desenlace de esta historia.
