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La importancia de la alimentación saludable
Desde 1999, la Fundación Huerta Niño ha trabajado incansablemente para combatir la malnutrición en Argentina. En un país donde la desigualdad social afecta a miles de niños, esta organización se ha propuesto mejorar la alimentación y fomentar hábitos saludables.
Recientemente, han lanzado un programa educativo que beneficiará a más de cuatro mil estudiantes en veintidós escuelas vulnerables. Este esfuerzo no solo busca alimentar, sino también educar a los más jóvenes sobre la importancia de una dieta equilibrada y sostenible.
Huertas escolares: aulas a cielo abierto
El programa denominado “Huertas Escolares” se basa en la creación de huertas agroecológicas, que se convierten en verdaderas aulas a cielo abierto. A través de esta iniciativa, los estudiantes aprenden sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia del trabajo en equipo.
Las huertas no solo proporcionan alimentos frescos, sino que también enseñan valores fundamentales como la empatía, la solidaridad y la responsabilidad ambiental. Este enfoque práctico permite a los niños conectar con la naturaleza y comprender el impacto de sus acciones en el mundo que les rodea.
Un compromiso a largo plazo
El lanzamiento de este programa coincide con el 25° aniversario de la Fundación Huerta Niño, un hito que refleja su compromiso con la educación y la alimentación saludable. Según Pedro Crespi, Director Ejecutivo de la fundación, “hemos acompañado a 566 escuelas rurales y periurbanas, impactando a más de medio millón de niños”.
Este enfoque integral ha permitido que más de 800 proyectos en todo el país se centren en mejorar la calidad de vida de los niños en contextos vulnerables. La visión de la fundación es clara: una Argentina sin hambre, donde todos los niños tengan igualdad de oportunidades.
Colaboración con la comunidad
La Fundación Huerta Niño no trabaja sola; colabora estrechamente con directivos, docentes y familias de las comunidades escolares. Este trabajo en equipo es esencial para el éxito del programa, ya que fomenta un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida. La alimentación saludable y sostenible es crucial para el desarrollo de los niños, y la fundación se esfuerza por crear un impacto duradero en sus vidas. A través de la educación alimentaria y la creación de huertas, se busca no solo alimentar, sino también empoderar a las futuras generaciones.