A los 93 años, ha fallecido monseñor Antonio Baseotto, conocido por su papel como obispo de las Fuerzas Armadas en Argentina. Su figura adquirió notoriedad en 2005 cuando fue desplazado de su cargo por el entonces presidente Néstor Kirchner, luego de que hiciera una declaración polémica sobre el ministro de Salud de aquel momento, Ginés González García. La frase que causó revuelo fue una referencia a ‘tirarlo al mar’, vinculando sus críticas a la política de salud del gobierno.
Un obispo marcado por la controversia
Baseotto, quien ejerció como obispo castrense, nunca tuvo miedo de expresar sus opiniones, incluso cuando estas generaban polémica. Su carta a González García, en la que condenaba la distribución de preservativos y abogaba contra el aborto, reveló su postura conservadora y su interpretación rigurosa de la moral católica. Recordando una cita evangélica sobre el escándalo a los jóvenes, Baseotto enfatizaba la gravedad de la situación desde su perspectiva religiosa.
La declaración del obispo castrense no solo provocó una respuesta inmediata del gobierno, sino que también lo llevó a un enfrentamiento con la Iglesia Católica, que no reconocía la validez del decreto que lo destituía. A pesar de la controversia, Baseotto continuó defendiendo su posición hasta que, finalmente, el Papa Benedicto XVI aceptó su renuncia en mayo de 2007.
El contexto de su destitución
La tensión entre Baseotto y el gobierno de Kirchner se intensificó en un contexto de cambios sociales y políticos en Argentina. Durante la presidencia de Kirchner, se implementaron políticas que promovían los derechos sexuales y reproductivos, lo que se oponía radicalmente a las creencias de Baseotto. Este conflicto no solo fue un choque de personalidades, sino también una batalla entre visiones del mundo y de la moralidad en una sociedad en transformación.
La figura del obispo militar también estuvo marcada por las sombras del pasado argentino. Su referencia a los ‘vuelos de la muerte’ durante la dictadura militar, en un momento en que el marino Adolfo Scilingo era juzgado en España por crímenes de lesa humanidad, subraya la complejidad de su legado. La lucha por la memoria y la justicia en Argentina ha sido un tema recurrente, y Baseotto, aunque con su voz particular, formó parte de esta narrativa.
Reacciones tras su fallecimiento
El comunicado del Obispado Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad de Argentina confirmó la muerte de Baseotto, hallado sin vida en su departamento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su sucesor, monseñor Santiago Olivera, destacó en el texto que Baseotto no pudo ejercer su ministerio con la libertad que hubiera deseado debido a decisiones arbitrarias del gobierno de su tiempo.
Las reacciones a su muerte han sido diversas, con algunos recordándolo por su firmeza en la fe y otros criticando sus posturas. La figura de Baseotto, en su complejidad, continúa generando debate sobre el papel de la Iglesia en la sociedad argentina y cómo las creencias pueden influir en decisiones políticas y sociales a lo largo de la historia.