En enero de este año, se lanzó en México una iniciativa significativa, titulada Sí al Desarme, Sí a la Paz. Este programa, que se traduce como Yes to Disarmament, Yes to Peace, es un esfuerzo conjunto entre el gobierno mexicano y la Iglesia Católica, con el objetivo de persuadir a los ciudadanos a entregar sus armas de fuego de manera voluntaria. Lo novedoso de esta iniciativa es su implementación a nivel nacional, algo sin precedentes, ya que anteriormente se había probado en la Ciudad de México bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum.
El objetivo principal de este programa es reducir la cantidad de armas en los hogares, abordando así las altas tasas de violencia, lesiones y muertes accidentales relacionadas con las armas de fuego. Además, la iniciativa busca fomentar una cultura de no violencia y educar a la población sobre los riesgos asociados con la tenencia de armas, incluyendo el manejo de armas, municiones y explosivos.
Detalles del programa y participación comunitaria
Los niños son un enfoque central de este esfuerzo, con medidas específicas que los animan a cambiar pistolas de juguete por juguetes educativos y constructivos. La presidenta Sheinbaum expresó la filosofía detrás del programa, afirmando: “Las armas son un símbolo de violencia y muerte. No queremos que ninguna familia tenga un arma en su hogar.” Resaltó la necesidad de abordar las raíces de la violencia desde una edad temprana.
A pesar de las nobles intenciones de esta iniciativa, persiste el escepticismo sobre su efectividad. Se estima que hay más de 16 millones de armas en circulación en México, lo que genera preocupación sobre el impacto potencial del programa.
Anonimato y entregas seguras
Un pilar clave de la iniciativa Sí al Desarme, Sí a la Paz es su compromiso con el anonimato. Los ciudadanos que deseen entregar sus armas pueden hacerlo sin revelar su identidad, garantizando su participación sin temor a repercusiones legales. Según las directrices del gobierno, “La identidad y los datos recopilados estarán protegidos en todo momento.” Para facilitar este proceso, se han establecido puntos de intercambio en áreas públicas, a menudo ubicados en los patios de las iglesias, donde las personas pueden entregar sus armas de forma segura.
A cambio de las armas entregadas, los participantes reciben una compensación económica, que varía según el estado y tipo del arma. El Ministerio del Interior ha establecido montos de compensación que oscilan entre 4,000 y 26,450 pesos (aproximadamente $200 a $1,300) dependiendo del modelo, calibre y estado de funcionamiento del arma. El programa también acepta explosivos y municiones.
Con una asignación presupuestaria de 6 millones de pesos (alrededor de $325,254), la presidenta Sheinbaum ha detallado cómo se utilizarán estos fondos: el 10% para gastos operativos y el resto destinado a compensaciones por armas entregadas y juguetes de temática bélica.
Avances y desafíos en el desarme
Desde el inicio del programa en enero, se ha logrado una notable recolección de armas, con informes oficiales que indican que se han entregado 5,890 armas. Además, se han intercambiado 5,169 pistolas de juguete durante eventos organizados para niños y adolescentes. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la mayoría de las armas en circulación no están en manos de ciudadanos comunes; son controladas principalmente por las Fuerzas Armadas o por organizaciones criminales.
Datos del Small Arms Survey estiman que hay aproximadamente 16 millones de armas en México, con el ejército confiscando alrededor de 13,000 armas anualmente. Curiosamente, la mayoría de los hogares no poseen armas, como indica la Segunda Encuesta Mexicana sobre la Posesión de Armas, que encontró que el 96% de los encuestados afirmaron no tener armas en casa.
Comparativa de la posesión de armas con Estados Unidos
En marcado contraste, los Estados Unidos presentan una alta tasa de posesión de armas, donde el 72% de los ciudadanos estadounidenses han disparado un arma en algún momento, y aproximadamente el 40% de los adultos poseen una. Además, se estima que un sorprendente 74% de las armas utilizadas por los cárteles mexicanos provienen de EE. UU., ingresando a México principalmente a través de las regiones fronterizas del norte.
El objetivo principal de este programa es reducir la cantidad de armas en los hogares, abordando así las altas tasas de violencia, lesiones y muertes accidentales relacionadas con las armas de fuego. Además, la iniciativa busca fomentar una cultura de no violencia y educar a la población sobre los riesgos asociados con la tenencia de armas, incluyendo el manejo de armas, municiones y explosivos.0
El objetivo principal de este programa es reducir la cantidad de armas en los hogares, abordando así las altas tasas de violencia, lesiones y muertes accidentales relacionadas con las armas de fuego. Además, la iniciativa busca fomentar una cultura de no violencia y educar a la población sobre los riesgos asociados con la tenencia de armas, incluyendo el manejo de armas, municiones y explosivos.1