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¿Qué es el face sitting?
El face sitting es una práctica sexual que ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre las parejas que buscan explorar nuevas formas de placer. Consiste en que una persona se sienta sobre la cara de su pareja, permitiendo así el placer oral.
Aunque puede parecer una tendencia moderna, sus raíces se remontan a representaciones artísticas de diversas culturas a lo largo de la historia. Desde el arte erótico japonés hasta obras del siglo XVIII en Europa, el face sitting ha sido parte de la sexualidad humana durante siglos.
La dinámica de poder en el face sitting
Una de las características más intrigantes de esta práctica es la dinámica de poder que puede establecerse entre las parejas. Dependiendo de cómo se realice, el face sitting puede ser una expresión de dominación o sumisión.
En el contexto del BDSM, por ejemplo, se conoce como el ‘trono de la reina’, donde la persona dominante puede disfrutar de una sensación de control mientras su pareja se convierte en un instrumento de placer. Esta interacción puede intensificar la conexión emocional y física entre los involucrados, creando una experiencia única y profundamente satisfactoria.
Consideraciones de seguridad y confort
A pesar de los beneficios que puede ofrecer, es fundamental abordar el face sitting con precaución. La restricción de la respiración puede ser un riesgo, por lo que es esencial establecer una palabra o señal de seguridad.
Además, adoptar posiciones que permitan el control y el confort de ambas partes es crucial para disfrutar plenamente de la experiencia. La comunicación abierta y honesta sobre los límites y deseos de cada uno puede hacer que esta práctica sea aún más placentera y segura.
Beneficios del face sitting en la intimidad
El face sitting no solo es una forma de explorar la sexualidad, sino que también puede aumentar la intimidad entre las parejas. Según la terapeuta psicosexual Kate Moyle, esta posición puede ofrecer una estimulación directa del clítoris, lo que aumenta las posibilidades de alcanzar el orgasmo. Además, el cambio en la dinámica de poder puede resultar atractivo para muchas personas, ya que permite experimentar el placer desde diferentes perspectivas. Para algunos, el face sitting puede ser una forma de empoderamiento, mientras que para otros puede ser una oportunidad para entregarse completamente al placer del otro.