Explorando el Enigmático Pasado de la Posada del Sol

En la intersección de Avenida Niños Héroes y Calle Dr. J. Navarro se erige un hotel que fue grandioso, ahora una sombra de lo que fue. La Posada del Sol, con su fachada ecléctica de ladrillos y azulejos, evoca una era de opulencia que ya no existe. Hoy, el edificio es un lienzo para grafitis, sus ventanas están rotas y sus paredes susurran historias de un pasado olvidado. Este hotel, que prometía ser un refugio lujoso, se ha convertido en un inquietante vestigio de la historia.

La historia de la Posada del Sol comienza a mediados del siglo XX, en 1945, cuando el barrio de Doctores florecía con familias y negocios locales. Originalmente conocido como “Hidalgo”, se transformó en Doctores, en honor a médicos de renombre. Fue aquí donde el ingeniero Fernando Saldaña Galván soñó con crear un complejo lujoso destinado a atraer a artistas y pensadores. Su visión incluía más de 600 habitaciones, una biblioteca, un auditorio y hasta una piscina, todo rodeado de un jardín vibrante.

Los ambiciosos inicios de un hotel lujoso

La obra maestra arquitectónica de Saldaña Galván combinaba estilos de art déco, barroco y neocolonial. Con más de media cuadra de extensión, el complejo se adornaba con jardines exuberantes, fuentes y murales, junto a instalaciones como baños turcos. Las leyendas locales hablan de pasajes ocultos bajo el edificio, tal vez utilizados por el personal o, según se rumorea, como escenario de rituales misteriosos. Aunque estas historias carecen de confirmación, un hecho destaca: una impresionante fuente creada por el artista colombiano Rómulo Rozo, que representa a una mujer mirando las estrellas.

A pesar de su grandeza, el destino del hotel se selló poco después de su inauguración. Aunque se abrió con gran fanfarria, la construcción se detuvo abruptamente ese mismo año debido a las abrumadoras cargas financieras que enfrentaba Saldaña Galván. Informes sugieren que había utilizado sus conexiones políticas para financiar su proyecto, pero esta estrategia no tuvo éxito.

El trágico final de un sueño

Tras la expropiación del hotel por el gobierno, el arquitecto cayó en la desesperación. Los detalles sobre su muerte en 1952 están envueltos en misterio; algunos dicen que fue encontrado colgado de una campana en el patio, mientras que otros especulan que pudo haber cometido un acto aún más oscuro contra su familia. Aunque la verdad sigue siendo esquiva, se acepta ampliamente que la desesperación financiera llevó a su trágico final. Curiosamente, no existen fotografías de Saldaña Galván, lo que aumenta el enigma.

Un descenso hacia el abandono

Durante casi 20 años, la Posada del Sol fue reutilizada para diversas funciones administrativas antes de caer en el abandono bajo la supervisión federal a finales de los años 70. La deterioración del edificio se debe a los altos costos de restauración y a la burocracia, lo que llevó a su abandono. Con el tiempo, se ha convertido en un sitio de leyendas urbanas, con residentes que reportan ruidos inquietantes y cineastas que capturan sombras inexplicables en su interior.

Entre las numerosas historias asociadas con el hotel, la leyenda de la niña en la habitación 103 destaca. En la década de 1960, mientras el hotel albergaba una guardería para empleados de IDECO, ocurrió un trágico incidente en el que una niña desapareció, siendo su cuerpo encontrado horas después en la misma habitación que ahora alberga su presencia fantasmagórica. Algunos creen que este espíritu pertenece a la hija de Saldaña Galván, atrapada eternamente en el hotel.

Cuentos modernos de lo sobrenatural

Los visitantes de la habitación 103 a menudo dejan ofrendas—vestidos, juguetes y dulces—en un altar improvisado, no por bondad, sino por miedo a la maldición de la niña que supuestamente recae sobre quienes exploran las ruinas sin invitación. Estas historias han llegado incluso a los sets de producciones populares como la telenovela “Yago”, donde los miembros del equipo han reportado avistamientos de la niña y una atmósfera inquietante que les impide moverse con libertad.

Los intentos de revivir la Posada del Sol han ido y venido, con diversas propuestas que no han logrado concretarse. En 1998, se anunciaron planes para convertir el hotel en la sede de la Fiscalía General de Justicia del Distrito Federal, pero esta visión nunca se materializó. Más recientemente, en enero de 2021, la propiedad fue donada a la Universidad del Bienestar Benito Juárez para establecer una escuela de derecho. Sin embargo, esta iniciativa también parece estar estancada, ya que los esfuerzos de renovación aún no han comenzado.

Actualmente, el edificio sigue siendo propiedad del gobierno, sirviendo esporádicamente como locación para filmaciones y almacenamiento de objetos confiscados. Persiste la especulación de que Saldaña Galván pudo haber lanzado una maldición sobre el lugar, atándolo para siempre a las sombras de su pasado. Hoy, en su desolación, el futuro de la Posada del Sol sigue siendo tan incierto como las numerosas leyendas que perduran en sus pasillos abandonados.