Explora el Vibrante Universo del Pingüino y su Arte Popular Mexicano

En el vibrante mundo del arte popular mexicano, Pingüino se presenta como una colección única que evoca ternura y humor. Esta iniciativa fue fundada hace cinco años por la arquitecta de interiores mexicana Renata Prieto y el diseñador gráfico Santiago Fernández, quienes se unieron tras un momento revelador en la hermosa ciudad de Oaxaca.

Todo comenzó en 2013, cuando encontraron una pieza artesanal excepcional en un mercado local: un pingüino con un sombrero, una representación peculiar que el artesano jamás había visto. Esta curiosidad marcó el inicio de un proyecto que busca celebrar la riqueza del arte popular en México.

Los hechos

La esencia de Pingüino radica en su capacidad para capturar el realismo mágico que caracteriza a la cultura mexicana. Este concepto, acuñado en los años 20 por el crítico de arte alemán Franz Roh, describe la intersección entre lo cotidiano y lo extraordinario. Para Prieto, este fenómeno se manifiesta en la vida diaria de México, visible a través de su arte, música y festividades vibrantes.

Una mirada única a la vida

“Los mexicanos tenemos una forma particular de percibir la existencia”, comenta Prieto. “No puedo explicar del todo por qué, pero nuestra creatividad brota de maneras sorprendentes”. Un ejemplo de esto es una pieza de mármol que se transforma en un polo de mármol, mostrando la espontaneidad del arte popular. Esta creatividad, según Fernández, surge también de la necesidad. “Es un proceso de encontrar soluciones en situaciones difíciles”, explica.

Las consecuencias

Desde su creación, Prieto y Fernández han colaborado con más de 100 artesanos en diversas localidades de más de 14 estados. Su participación en ferias de artesanía, como la Original, les ha permitido conocer y apreciar las habilidades de maestros artesanos de todo el país. La diversidad cultural y la rica biodiversidad de México son fuentes de inspiración constante para Pingüino.

Inspiraciones de Michoacán y Guerrero

Prieto expresa su admiración por los pueblos artesanales de Michoacán, describiendo un viaje que va de Ocumicho a Cuitzeo. Este estado, repleto de tradiciones, destaca por su metalistería, trabajos en cuero, cerámica, arte en plumas, juguetes y textiles. “Michoacán es una de las regiones más ricas en arte popular en México”, dice con entusiasmo. Por otro lado, Fernández comparte su experiencia en San Agustín Oapan, un pueblo hermoso y acogedor, cuya tranquilidad contrasta con el caótico viaje para llegar allí.

El contexto

Prieto sugiere que existe un hilo conductor que une las diversas expresiones del arte popular en México. “Desde los frisos de Mitla hasta los textiles de Tzintzuntzan, todos comparten un tipo de abstracción similar, a pesar de provenir de épocas distintas”, señala. Estas obras reflejan la vida cotidiana, desde escenas de pesca hasta mujeres trabajando el maíz, un testimonio de la realidad que persiste hoy en día.

La riqueza de materiales, colores y pigmentos presentes en México también alimenta la innovación en el arte popular. “Los artistas pueden desarrollar nuevas formas de expresión inspiradas en el contexto político y social actual”, añade Fernández.

Desafíos y oportunidades en el arte popular

A pesar del esplendor que rodea el arte popular en México, Prieto y Fernández advierten sobre la disminución de la producción artesanal. La falta de continuidad en las nuevas generaciones es preocupante, lo que hace que iniciativas como Pingüino y ferias como Original sean esenciales para preservar y valorar este universo ancestral. Practicar principios de comercio justo es crucial para fomentar la apreciación del arte popular mexicano.

Hoy en día, las galerías de Pingüino pueden visitarse en las colonias Juárez, Condesa y Roma Norte, así como en su plataforma en línea, donde se puede explorar la belleza del arte popular mexicano.