La Universidad Federal de Santa María (UFSM) ha hecho un anuncio que puede cambiar las reglas del juego en su proceso de selección: a partir de 2026, se implementará el Proceso Seletivo Seriado (PSS). En este nuevo esquema, los estudiantes serán evaluados a lo largo de tres años de su educación media. Pero, ¿realmente esta modalidad mejorará la preparación de los estudiantes para su futuro académico? En lugar de dejarnos llevar por la emoción del momento, es fundamental analizar en profundidad esta propuesta y sus verdaderas implicaciones.
¿Realmente mejora el rendimiento académico?
El PSS se fundamenta en la evaluación continua mediante tres pruebas anuales, lo que promete ofrecer una visión más completa del rendimiento del estudiante. La idea es simple: al evaluar a los estudiantes durante su ciclo escolar, se podría tener un panorama más claro de sus habilidades. Sin embargo, he visto demasiadas iniciativas educativas que prometen transformaciones radicales sin considerar las realidades del aula. Los datos de crecimiento en el ámbito educativo cuentan una historia diferente: muchas veces, implementar nuevos sistemas no se traduce en un aumento real del rendimiento. Entonces, ¿estamos ante un verdadero avance o solo ante una reestructuración del viejo modelo?
Por otro lado, no podemos ignorar el impacto psicológico que esto puede tener en los estudiantes. La presión de rendir en exámenes anuales puede ser abrumadora y, en lugar de motivarlos, podría desmotivarlos. Como exgerente de producto, he aprendido que la experiencia del usuario es clave, y en este caso, la experiencia del estudiante es algo que no podemos pasar por alto.
Los números detrás del PSS
La UFSM tiene planes de ofrecer 2,003 vacantes en sus cuatro campus. Esto suena atractivo, pero no podemos dejar de lado el concepto del churn rate, que en el ámbito educativo representa la tasa de abandono escolar. Si el nuevo sistema no logra captar el interés de los estudiantes, podríamos enfrentarnos a un aumento en las tasas de deserción. Los datos de años anteriores han mostrado que muchos estudiantes se sienten desorientados y desmotivados en sistemas de evaluación tradicionales. Así que, ¿qué medidas tomará la universidad para evitar repetir los errores del pasado?
Además, las tasas de inscripción y sus costos son aspectos cruciales. Con una tarifa de R$ 60 y la opción de solicitar exenciones, es vital considerar la accesibilidad. La inclusión es un factor determinante en la educación superior, y cualquier modelo que no contemple estos aspectos corre el riesgo de ser excluyente.
Lecciones aprendidas y consejos para futuros estudiantes
Como fundador de varias startups, he aprendido que la iteración y el feedback son esenciales para el éxito. Lo mismo se aplica al PSS. La UFSM debe estar abierta a adaptarse y aprender de los resultados de las primeras ediciones. La retroalimentación de los estudiantes y su desempeño en el sistema deben ser evaluados de manera continua para asegurar que se logre un verdadero Product-Market Fit (PMF) en el ámbito educativo.
Los estudiantes, por su parte, también deben estar listos para adaptarse a este nuevo sistema. La planificación de estudios y la preparación para evaluaciones continuas serán cruciales. No se trata solo de aprobar un examen final, sino de construir una sólida base de conocimientos a lo largo de los años. Este enfoque a largo plazo puede requerir un cambio de mentalidad para muchos.
Conclusión y recomendaciones finales
El nuevo modelo de vestibular de la UFSM, aunque innovador, merece un análisis crítico. La transición hacia un sistema de evaluación continua puede ofrecer beneficios, pero también presenta desafíos que no debemos subestimar. Los datos de crecimiento en educación nos indican que los cambios deben implementarse con cuidado y consideración por la experiencia del estudiante.
Para los futuros alumnos, la clave será adaptarse a este nuevo enfoque, aprovechando las oportunidades que ofrece, pero también siendo conscientes de las posibles dificultades. Estar bien informado y preparado será esencial para navegar el nuevo paisaje educativo.
