Aunque a la mayoría de nosotros nos encanta estar rodeados de flores, mantener las plantas de interior vivas no siempre es la tarea más fácil. Lo que florece maravillosamente en un rincón de la casa, de repente puede irse a pique cuando se traslada a otro lugar.
Raras y simpáticas orquídeas parecen pequeñas caras de mono
Aunque las plantas de interior pueden alegrar cualquier rincón aburrido de tu espacio, también pueden ayudar a mejorar la calidad del aire en tu casa al reducir la cantidad de dióxido de carbono, aumentar el oxígeno y ayudar a eliminar las toxinas.
Para los que somos novatos en el mundo de las plantas, podemos empezar con algo que no requiera mucho riego y que sea fácil de mantener vivo.
Las orquídeas son a menudo la planta elegida para regalar a los demás, pero tienen fama de ser difíciles de mantener vivas, y una vez que las flores se han apagado la mayoría de nosotros abandona la idea de que florecerán al año siguiente.
Pero con un poco de conocimiento, las orquídeas son de hecho una de las plantas más fáciles de mantener vivas y, con 30.000 especies diferentes entre las que elegir, estas plantas abundan.
Quizá la más bonita de las especies de orquídeas sean estas orquídeas mono, que tienen la ventaja añadida de desprender el aroma de las naranjas maduras.
La combinación de pétalos y estambres de las flores da a esta planta su aspecto único.
Esta especie en particular no abunda, ya que es bastante rara y sólo crece en los bosques tropicales de las tierras altas del sureste de Ecuador.
Llamada Drácula simia -que se traduce como «pequeño mono dragón»-, estas simpáticas flores crecen a una altitud de unos 2.000 metros y pueden alcanzar los 60 centímetros de altura.
Estas hermosas plantas, que guardan un asombroso parecido con nuestra prima ancestral, son bastante resistentes y sus flores florecen en cualquier época del año.
La orquídea mono dragón fue descubierta por primera vez en 1978 por el botánico Carlyle A. Lueren y desde entonces se han convertido en una especie de espectáculo.
Aunque pueden florecer durante todo el año, cultivar estas bellezas supone un gran esfuerzo, ya que requieren los cuidados opuestos a los de la mayoría de las plantas: temperaturas frescas y poca luz.
Si le apetece el reto, los expertos recomiendan cultivarlas en musgo en lugar de en tierra.
Por suerte, las orquídeas que tenemos en casa son mucho más fáciles de cuidar y sólo requieren un cubito de hielo dos veces por semana durante la temporada de crecimiento para evitar el exceso de riego.
Colócalas en un alféizar luminoso orientado al este o al oeste, aliméntalas semanalmente con abono para orquídeas y trasplántalas en una mezcla fresca para orquídeas cuando dejen de florecer.
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