Un equipo de arqueólogos israelíes ha encontrado un verdadero tesoro en los restos de dos barcos que se hundieron en los siglos III y XIV d.C. respectivamente frente a Cesarea, en la costa de Israel.
En Israel, encuentran un tesoro inestimable: hay un anillo con uno de los primeros retratos de Jesús
A sólo cuatro metros de profundidad, el mar contenía cientos de monedas de plata de la época romana y mameluca, una piedra preciosa con una lira tallada, campanas de bronce y un pesado anillo de oro con el símbolo del «buen pastor», una de las primeras imágenes utilizadas para describir a Jesús, que se remonta a los albores del cristianismo.
«Probablemente los barcos estaban anclados en las cercanías y se hundieron debido a una tormenta», explicaron los arqueólogos marinos Jacob Sharvit y Dror Planer. Como explicó Eli Eskozido, director de la Autoridad Estatal de Antigüedades de Israel, «las costas de Israel son ricas en yacimientos y artefactos, bienes inmensamente importantes del patrimonio cultural nacional e internacional. Son extremadamente vulnerables, por lo que la Autoridad lleva a cabo estudios subacuáticos para identificar, controlar y salvar cualquier antigüedad». El anuncio lo hizo la Autoridad de Antigüedades de Israel en Facebook ayer, 22 de diciembre.
Los arqueólogos encontraron cientos de monedas romanas de plata y bronce de mediados del siglo III d.C, un tesoro de monedas de plata del periodo mameluco (siglo XIV; unas 560 monedas), una estatuilla de bronce con forma de águila -que simboliza el dominio romano- , una estatuilla de una pantomima romana enmascarada, varias campanas de bronce (utilizadas en la época para ahuyentar a los malos espíritus), jarrones de cerámica, un tintero, varios objetos metálicos procedentes del casco de un barco de madera, entre los que se encuentran decenas de grandes clavos de bronce, tubos de plomo de una bomba de achique y una gran ancla de hierro rota.
La pieza más valiosa, sin embargo, es un grueso anillo de oro octogonal engastado con una piedra preciosa verde tallada con la figura de un joven pastor vestido con una túnica y que lleva un carnero u oveja sobre sus hombros. Es la imagen del «Buen Pastor», utilizada en el cristianismo antiguo para simbolizar a Jesús: representa a Jesús como el pastor compasivo de la humanidad.
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