Un nuevo amanecer con la energía solar
La llegada de la electricidad a comunidades remotas ha sido un cambio radical en la vida de muchas familias. Marileide Alves, de 37 años, es un ejemplo de cómo la energía solar ha transformado su realidad. Residente en la comunidad ribeirinha Jari do Socorro, en Santarém (PA), Marileide experimentó la llegada de la electricidad a su hogar en 2019. Desde entonces, su vida ha dado un giro de 180 grados, permitiéndole despedirse de las velas y lamparinas que anteriormente iluminaban su hogar.
Capacitación para la autonomía
Sin embargo, un desafío que enfrentaba era la dependencia de su esposo para realizar reparaciones en el sistema fotovoltaico. Esto cambió cuando participó en el proyecto Eletricistas do Sol, organizado por la ONG Saúde & Alegria. En este programa, Marileide y otras 21 mujeres aprendieron sobre conceptos básicos de electricidad y cómo llevar a cabo labores de mantenimiento en sus sistemas solares.
“Siempre tenía que esperar a que mi esposo llegara para arreglar la placa si algo fallaba”, comentó Marileide. “Ahora, si algo sucede, puedo resolverlo de inmediato”. Esta capacitación no solo le ha otorgado independencia, sino que también ha empoderado a otras mujeres de su comunidad, brindándoles la oportunidad de aprender una habilidad valiosa.
Un impacto económico significativo
Además de la autonomía individual, estos cursos tienen un impacto económico considerable. Jussara Salgado, coordinadora del proyecto, afirma que es esencial que las comunidades aprendan a utilizar sus sistemas solares y no dependan de servicios externos, que suelen ser costosos. “Esto no solo empodera a las mujeres, sino que puede convertirse en una actividad profesional que complemente sus ingresos”, añade Salgado.
La ONG Saúde & Alegria ha estado implementando sistemas solares en la región desde 1999 y, en 2024, lanzó su primera turma exclusivamente femenina. Antes, el curso era mixto, lo que presentó desafíos para las mujeres en su proceso de aprendizaje. La modificación en el enfoque ha permitido que más mujeres se involucren activamente en el proyecto.
Proyectos similares en comunidades indígenas
La iniciativa de empoderamiento a través de la energía solar se expande más allá de las comunidades ribereñas. En la comunidad indígena de Terra Preta, ubicada a cuatro horas en barco de Manaus, la ONG Revolusolar ha instalado sistemas fotovoltaicos que benefician a 46 familias de la etnia Baré. Este proyecto no solo proporciona energía, sino que también incluye capacitación para que los indígenas puedan mantener sus sistemas.
El primer sistema, que abastece a la Escuela Indígena Municipal Arú Waimi, se construyó en 2023 y ha generado un ahorro significativo, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles. El segundo sistema, instalado en 2024, proporciona energía para el centro comunitario y el puesto de salud, con un impacto económico similar.
Capacitación y sostenibilidad
El proyecto “Kurasí Tury”, que significa “energía del Sol” en nheengatu, también se centra en la capacitación de los indígenas. Según Elen de Lima, asesora de proyectos de Revolusolar, es crucial formar a los residentes en el uso y mantenimiento de las tecnologías solares. “Sin la capacitación adecuada, es probable que los sistemas dejen de funcionar”, advierte. Después de 200 horas de clases, 20 miembros de la comunidad ahora están capacitados para operar y mantener los paneles solares.
La Palma Solar: una solución para la comunidad
En Fortaleza, el Banco Palmas está llevando a cabo un proyecto similar con la inauguración de la Palma Solar, una usina de energía solar que beneficiará a 50 familias en el barrio Conjunto Palmeiras. Este proyecto busca reducir el costo de la electricidad, permitiendo que las familias adquieran energía a un costo inferior al de la concesionaria local.
La iniciativa no solo tiene como objetivo disminuir la factura de electricidad, sino que también busca fortalecer el comercio local a través de una moneda social que permite la reinversión en negocios del barrio. “Queremos que las comunidades se organicen colectivamente para administrar sus usinas solares y generar ingresos”, explica João Joaquim de Melo Neto, fundador del Banco Palmas.
Un modelo para un futuro sostenible
La meta a largo plazo es que la Palma Solar sirva de modelo para una transición energética justa en Brasil. “La idea es que este proyecto pueda replicarse en otras comunidades, asegurando que todos tengan acceso a energía sostenible y asequible”, concluye Melo Neto. Este enfoque integral está demostrando que la energía solar no solo es una solución energética, sino también una herramienta poderosa para el desarrollo social y económico de comunidades vulnerables.