El uso de IA en el doblaje: implicaciones éticas y legales

La reciente controversia sobre el uso de la inteligencia artificial para clonar la voz de Pepe Lavat, un icónico actor de doblaje mexicano, ha destapado un dilema crítico en la intersección de la tecnología y la ética. El Instituto Nacional Electoral (INE) generó una ola de indignación al utilizar la voz del fallecido actor en un video institucional sin el consentimiento de su familia. Este incidente no solo plantea preguntas sobre la legalidad, sino que también evidencia una preocupante falta de consideración hacia los derechos de los artistas en la era digital.

Desmontando el Hype: ¿Estamos realmente preparados para la IA?

Frente a la creciente ola de adopción de la inteligencia artificial en diversas industrias, es vital plantearnos: ¿estamos listos para las implicaciones éticas que esto conlleva? Este caso del INE resalta la ausencia de un marco regulatorio claro en México que proteja a los artistas de la manipulación de su trabajo y legado. ¿Es aceptable que una institución gubernamental actúe sin la debida autorización? Las preguntas son muchas y la reflexión, necesaria.

Los datos de crecimiento en el sector de la IA son impresionantes, pero a menudo se ignoran las consecuencias sociales de su implementación. No podemos centrarnos únicamente en las capacidades tecnológicas; es esencial considerar el impacto que estas herramientas tienen en la vida de aquellos que se ven afectados. La historia de Pepe Lavat es solo la punta del iceberg en un mar de problemáticas más amplias que involucran la propiedad intelectual y el respeto hacia el legado de los artistas.

Análisis de la situación actual del doblaje y la IA

El INE publicó un video en TikTok que contenía una voz clonada de Lavat, conocido por su trabajo en series como Dragon Ball Z y como locutor institucional de National Geographic. La respuesta de la esposa del actor, Gisela Casillas, fue contundente al exigir una aclaración al INE, quien simplemente le sugirió que demandara. Esto resalta una falta de sensibilidad y responsabilidad por parte de la institución.

Y no estamos hablando de un caso aislado. Recientemente, un comercial de Banco Santander, generado por IA, afectó a cerca de 100 trabajadores de la producción audiovisual. Este tipo de situaciones no solo impacta a los actores de doblaje, sino que tiene repercusiones en toda la industria creativa. El uso de la IA sin regulación podría llevar a la deslocalización de empleos y a un aumento en el churn rate de profesionales en el sector. ¿Realmente queremos eso?

Lecciones aprendidas y el camino hacia adelante

A partir de este incidente, es imperativo que los fundadores y gerentes de productos en la industria del entretenimiento reflexionen sobre cómo la tecnología debe ser utilizada de manera ética y responsable. Las lecciones son claras: la implementación de la IA debe ir acompañada de un marco regulatorio que garantice el consentimiento informado de los artistas. ¿No sería lo justo? Esto no solo protegerá su legado, sino que también fomentará un ambiente de confianza y respeto en el sector.

Además, es crucial establecer políticas que regulen el uso de la voz, imagen y apariencia de los artistas, como han solicitado asociaciones como ANDA y SOGEM. La falta de regulación en México contrasta con lo que ocurre en otras jurisdicciones, como España o California, donde ya se están implementando leyes para proteger a los artistas. La iniciativa presentada por el diputado Paulo Emilio García González para modificar las leyes de Derechos de Autor es un paso en la dirección correcta, pero aún queda un largo camino por recorrer.

Takeaway: Acción y responsabilidad en la era de la IA

Para los emprendedores y líderes de la industria, este es un momento de reflexión. Debemos preguntarnos cómo podemos integrar la IA en nuestros proyectos sin comprometer la ética y la legalidad. La historia de Pepe Lavat debe servir como un recordatorio de que, aunque la tecnología puede ofrecer oportunidades sin precedentes, nuestra responsabilidad como creadores es proteger los derechos y el legado de quienes vinieron antes que nosotros. Solo así podremos avanzar hacia un futuro donde la innovación y la ética coexistan en armonía.