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El dilema del proteccionismo
En los últimos años, el proteccionismo ha tomado un papel protagónico en la política económica de Estados Unidos, especialmente bajo la administración de Donald Trump. Las decisiones erráticas sobre tarifas, que van desde impuestos del 25% sobre productos canadienses hasta suspensiones temporales, han generado un clima de incertidumbre en los mercados.
Esta estrategia, que busca proteger la industria local, plantea un dilema: ¿realmente beneficia a la economía estadounidense o solo crea más problemas?
Las tarifas y su impacto en el consumidor
Las tarifas impuestas por Trump no solo afectan a los países exportadores, sino que también repercuten directamente en los consumidores estadounidenses.
Por ejemplo, un aumento en las tarifas sobre productos como acero y auto partes mexicanas puede resultar en un incremento de precios en bienes de consumo. Esto significa que, a largo plazo, los ciudadanos podrían enfrentar precios más altos en productos básicos, lo que podría agravar la inflación y disminuir el poder adquisitivo.
La lógica detrás de estas medidas es cuestionable, ya que, aunque se busca proteger empleos locales, el costo se traslada al consumidor.
La economía como un juego de negociación
Trump parece ver la economía como un juego de negociación, donde cada transacción es una oportunidad para ‘ganar’.
Esta mentalidad, que puede haber funcionado en el mundo de los negocios inmobiliarios, no se traduce bien en la economía global. La mayoría de las transacciones económicas no son negociaciones individuales, sino interacciones masivas donde el precio se determina por la oferta y la demanda.
La creencia de que se puede ‘barganhar’ en cada aspecto de la economía es una simplificación peligrosa que puede llevar a políticas ineficaces y perjudiciales.
El futuro del comercio en EE.UU.
Con las elecciones parlamentarias de 2026 a la vista, el impacto de estas políticas proteccionistas podría ser significativo. La inflación moderada que se ha experimentado podría ser vista como un fracaso de la administración actual, y los votantes podrían castigar a Trump y a sus aliados por las decisiones que han llevado a un aumento en los precios. La pregunta que queda es si Estados Unidos podrá revertir el rumbo hacia un comercio más libre y menos restrictivo, o si continuaremos viendo un enfoque proteccionista que solo beneficia a unos pocos a expensas de la mayoría.