A medida que el Congreso de México se prepara para deliberar sobre el paquete presupuestario de 2026, la inversión en infraestructura se ha convertido en un tema clave. A principios de este año, el gobierno cambió su enfoque hacia la reducción de la deuda nacional, lo que resultó en recortes significativos a la inversión pública en proyectos críticos de infraestructura.
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el periodo de enero a agosto mostró una caída drástica en la inversión para diversas obras públicas, como carreteras, escuelas, puentes y hospitales. La cifra reportada cayó a 509.8 mil millones de pesos (aproximadamente 27.7 mil millones de dólares), marcando un asombroso descenso del 33.7% en términos reales, el mayor descenso observado en tres décadas.
El impacto de la reducción de inversión en sectores críticos
Las repercusiones de estos recortes presupuestarios han sido más severas en el sector de suministro de agua, especialmente en iniciativas de agua potable y tratamiento de aguas residuales. De hecho, el gasto en obras públicas en esta área se desplomó en 75% en comparación con el mismo periodo del año pasado, lo que destaca una creciente preocupación por la capacidad del país para proporcionar servicios esenciales.
Opiniones de expertos sobre estrategias presupuestarias
Jorge Cano, quien dirige el programa de gasto público y rendición de cuentas en el think tank México Evalúa, expresó fuertes críticas respecto al enfoque adoptado para la reducción de la deuda. En una entrevista con el periódico El Sol de México, señaló que el enfoque principal del gobierno no es reducir los gastos en programas de bienestar, sino recortar la inversión pública.
Cano elaboró que la estrategia de reducción de deuda ha llevado a una disminución de la inversión pública al 2.3% del PIB para 2025, lo que representa una 20% de caída respecto al año anterior y el nivel más bajo desde 2019, el primer año completo de la última administración. Advertió que tales reducciones obstaculizan el potencial de desarrollo económico del país y ponen en riesgo los derechos sociales al limitar la inversión en áreas vitales como carreteras, puertos, fibra óptica y redes eléctricas.
Necesidades de infraestructura y proyecciones de crecimiento económico
Apoyando los puntos de Cano, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) publicó su Programa Institucional 2025-2030, que subraya la urgente necesidad de una inversión sustancial en infraestructura. Banobras estima que México requiere una inversión de 2.67 billones de pesos (alrededor de 145.2 mil millones de dólares) para abordar las brechas existentes en infraestructura, estimular el crecimiento económico y mejorar la conectividad regional.
El informe identificó brechas críticas en transporte—incluyendo carreteras, ferrocarriles y puertos—además de servicios públicos esenciales como electricidad, agua y gestión de residuos. Banobras enfatizó que estos recursos son cruciales para fomentar la conectividad intermodal, promover un desarrollo regional equilibrado y asegurar un crecimiento urbano sostenible. Notablemente, el desafío más significativo identificado involucra la construcción de carreteras, que requiere aproximadamente 570 mil millones de pesos (alrededor de 31 mil millones de dólares) para modernizar autopistas y mejorar los cruces fronterizos.
Compromiso del gobierno con la mejora de infraestructura
Durante una reciente conferencia de prensa el 6 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció planes para aumentar la inversión en infraestructura en su segundo año de gobierno. Afirmó que existe una hoja de ruta clara de proyectos estratégicos no solo para esta administración, sino también extendiéndose a la siguiente.
En una columna para El Universal, la economista Mariana Campos expresó su preocupación por lo que considera una falta de visión dentro del presupuesto de 2026. Según Campos, el presupuesto asigna solo 2.5% del PIB a la inversión en infraestructura, que está por debajo del promedio del 3.1% registrado entre 2013 y 2023. Destacó que, bajo el presupuesto propuesto, México invertiría menos en infraestructura de lo que gastaría en pagos de intereses por su deuda, lo que genera alarmas sobre la sostenibilidad fiscal futura.
Campos advirtió que sin una inversión adecuada en infraestructura, el país podría tener dificultades para cumplir con las proyecciones del producto interno bruto (PIB) delineadas en el presupuesto. Además, la deuda pública podría dispararse a un récord del 54% del PIB si las expectativas de crecimiento no se cumplen. Subrayó que en 13 de los últimos 17 años, las proyecciones de crecimiento oficiales han resultado ser excesivamente optimistas, lo que genera dudas sobre la capacidad del presupuesto actual para facilitar el salto de México hacia la década de 2030.