El preocupante panorama de la educación de jóvenes y adultos en Brasil

La situación actual de la educación de jóvenes y adultos

En Brasil, una de cada cinco ciudades no ofrece oportunidades de educación para jóvenes y adultos (EJA). Esta modalidad es crucial para aquellos que no pudieron completar su educación en la infancia. De los más de 5,500 municipios en el país, alrededor de 1,092 carecen de esta opción educativa, a pesar de que muchos residentes no han finalizado la educación básica y tienen dificultades incluso para leer y escribir. Actualmente, más de 9,3 millones de personas mayores de 15 años son analfabetas en Brasil, y casi el 49,2% de la población de más de 25 años no ha culminado el nivel medio, lo que equivale a unos 65 millones de individuos.

Estancamiento en la lucha contra el analfabetismo funcional

A pesar de los esfuerzos, el país se enfrenta a un estancamiento en la lucha contra el analfabetismo funcional. Desde 2018, un tercio de la población entre 15 y 64 años ha permanecido en esta situación, y el 65% de ellos no ha tenido la oportunidad de completar su educación básica. La oferta de EJA ha ido en declive, con datos del Censo Escolar que indican que en 2022 se registró el número más bajo de matrículas desde 1996, con apenas 2,39 millones de estudiantes. Esto representa una disminución de un millón respecto a hace cinco años y menos de la mitad de los 5 millones alcanzados en 2007.

Obligaciones y realidades de la EJA

La Constitución brasileña establece que la oferta de EJA es obligatoria en el país. Sin embargo, muchos educadores y estudiantes han denunciado la reducción de esta modalidad en diversos estados y municipios. En muchas redes educativas, los gobiernos han concentrado las clases de EJA en unas pocas escuelas, lo que restringe el acceso de la población que más lo necesita.

Preocupación del Ministerio de Educación

La disminución de la EJA ha generado alarma en el Ministerio de Educación (MEC). Han comenzado a implementarse estrategias para mejorar la oferta de esta etapa educativa, no solo por la reducción de vacantes, sino también por la eliminación de programas en varios municipios. En 2023, se reportó que 1,009 ciudades no tenían matrículas en EJA, cifra que aumentó a 1,092 en 2024, lo que representa un incremento del 8%.

Falta de demanda o falta de oportunidades

Algunas ciudades argumentan que la falta de demanda justifica la no oferta de EJA, pero datos indican que hay una alta necesidad de oportunidades educativas. Zara Figueiredo, responsable de la Secretaría de Educación Continuada, Alfabetización de Jóvenes y Adultos, enfatiza que muchas ciudades que cumplen con las metas del Índice de Desarrollo de la Educación Básica (Ideb) aún no logran revertir las tasas de analfabetismo. Esto plantea interrogantes sobre las prioridades en la agenda educativa.

Desafíos en estados brasileños

Los estados con más municipios sin oferta de EJA son Río Grande del Sur, São Paulo y Minas Gerais, donde más de 1,9 millones de analfabetos mayores de 15 años residen, representando más de un quinto del total nacional. En 2022, el gobierno de Lula lanzó el Pacto EJA, con el objetivo de crear 3,3 millones de matrículas y destinar 120 millones de reales a este sector educativo, marcando la primera vez desde 2017 que la inversión supera los 100 millones de reales.

Modificaciones en financiamiento y matrícula

Otro cambio significativo fue la equiparación del valor pagado por matrícula en EJA mediante el Fundeb, que anteriormente era del 80% en comparación con las matrículas de educación básica. Desde 2023, este monto se ha igualado, lo que busca crear incentivos financieros para mejorar la oferta educativa en los estados y municipios.

Desafíos en el perfil de los estudiantes

El perfil de los estudiantes en EJA también ha cambiado, reflejando un aumento en el número de adolescentes menores de 18 años matriculados. Desde 2015 hasta 2024, el número de adolescentes cursando el medio en EJA se ha duplicado. Esto plantea la necesidad de asegurar que los jóvenes en edad escolar se inscriban en el sistema educativo regular, ya que la ley estipula que la edad mínima para esta modalidad es de 18 años.

Implicaciones para la educación brasileña

La creciente juvenilización en la EJA destaca que las redes educativas no están garantizando el derecho a la educación para los jóvenes, lo que se convierte en un desafío adicional. Los estudios sugieren que esta situación podría ser una estrategia para mejorar indicadores educativos, ya que al trasladar a estudiantes con problemas de aprendizaje a EJA, se eliminan de las estadísticas de evaluación externa.

Es esencial abordar estos retos para asegurar que todos los brasileños tengan acceso a una educación de calidad y las oportunidades que merecen.