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Un pasado criminal marcado por la violencia
Sergio Orlando Leiva, conocido en el bajo mundo como «El Negro Sombra», dejó una huella imborrable en la historia del crimen en Argentina. Su vida estuvo marcada por una serie de delitos atroces, incluyendo secuestros extorsivos y homicidios, que lo llevaron a ser uno de los criminales más notorios del Gran Buenos Aires.
A pesar de haber sido condenado a 34 años de prisión, su salida en libertad condicional en 2019 no hizo más que abrir un nuevo capítulo en su historia de violencia y crimen.
El trágico desenlace en Tigre
El lunes pasado, Leiva fue asesinado a tiros en un asentamiento del partido de Tigre, un hecho que ha conmocionado a la comunidad local. Según informes, fue baleado en Pasaje San Pablo y Marcos Sastre, y aunque fue trasladado de inmediato al hospital, no logró sobrevivir a las heridas.
Las primeras versiones apuntan a un posible ajuste de cuentas, relacionado con el narcotráfico, lo que subraya la conexión entre su pasado criminal y su trágico final.
Un legado de terror y miedo
La trayectoria de El Negro Sombra es un recordatorio escalofriante de cómo el crimen puede consumir vidas y comunidades.
Desde su detención en 2004 hasta su muerte, Leiva estuvo involucrado en múltiples secuestros, incluyendo el de los padres del exfutbolista Leonardo Astrada. Su vida delictiva no solo afectó a sus víctimas, sino que también dejó una estela de miedo en la sociedad.
La investigación sobre su muerte ha recaído en la UFI El Talar, mientras las autoridades buscan a los responsables de este crimen que, sin duda, marca un nuevo capítulo en la historia del crimen organizado en Argentina.