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Un cambio en la política automotriz
El reciente anuncio del Gobierno argentino sobre la Disposición 30 de la Dirección Nacional de Gestión de Política Industrial ha generado un gran revuelo en el sector automotriz. Esta medida permite a las terminales automotrices y a los particulares importar vehículos electrificados sin aranceles, lo que representa una oportunidad única para diversificar el mercado y fomentar la competencia.
Con un cupo de 50.000 unidades, el 50% estará destinado a las terminales con fábrica en el país, mientras que el resto se repartirá entre marcas importadoras y particulares. Este enfoque busca no solo aumentar la oferta de vehículos eléctricos, sino también hacerlos más accesibles para los consumidores.
Un mercado en transformación
El panorama automotriz en Argentina ha estado dominado por vehículos de motorización convencional, con menos de 15.000 unidades de motorización alternativa vendidas el año pasado. Sin embargo, la nueva disposición busca cambiar esta tendencia.
La secretaría de Industria y Comercio ha señalado que, al permitir la importación de 50.000 vehículos sin arancel, se espera una reducción en los precios y un aumento en la competencia. Esto podría ser un punto de inflexión para los consumidores, quienes podrán acceder a una gama más amplia de opciones, desde híbridos hasta vehículos 100% eléctricos.
Impacto en los precios y en la oferta
Con un tope de 16.000 dólares FOB para los vehículos importados, se espera que los precios al público se sitúen entre 30 y 35 millones de pesos. Esto coloca a los autos electrificados en competencia directa con los modelos de combustión interna más vendidos.
La estrategia del gobierno no solo busca facilitar el acceso a tecnologías más limpias, sino también incentivar a las automotrices a buscar modelos que se ajusten a este rango de precios. La respuesta del mercado ha sido positiva, con reducciones de precios que oscilan entre el 10% y el 30% en algunos modelos, aunque el segmento más económico aún no ha visto cambios significativos.