Table of Contents
Una llegada inesperada
El 7 de marzo, el Hospital Español esperaba la llegada de Benjamín, un bebé que prometía llenar de alegría a sus padres, Martina y Nahuel. Sin embargo, la naturaleza tenía otros planes. Una fuerte inundación azotó la ciudad, y la pareja se vio obligada a cambiar sus planes de manera drástica.
La situación se tornó crítica cuando su hogar comenzó a inundarse, y el agua alcanzó niveles alarmantes, superando los 30 centímetros en su dúplex.
Con el tiempo en contra y la ansiedad a flor de piel, Martina y Nahuel decidieron actuar rápidamente.
Mientras intentaban proteger sus pertenencias, las contracciones comenzaron. La madre de Martina, Florencia, recuerda cómo la urgencia del momento hizo que todo se acelerara. Sin tiempo que perder, la pareja subió a sus perros y se dirigió al hospital, solo para descubrir que el camino estaba bloqueado por el agua.
Un camino lleno de obstáculos
La desesperación se apoderó de ellos al darse cuenta de que el puente que cruzaba la avenida Primero de marzo estaba intransitable. Sin embargo, la pareja no se rindió. Optaron por un camino alternativo hacia el Hospital Militar, donde recibirían atención médica.
A pesar de las disculpas del personal por las condiciones del hospital, la salud de Martina era la prioridad. Mientras tanto, sus perros esperaban en un baño, bien cuidados, pero ansiosos por reunirse con sus dueños.
La madre de Martina, junto a su pareja, emprendió una larga caminata desde su hogar, enfrentando calles inundadas y peligrosas.
La angustia crecía con cada paso, pero la determinación de llegar a su hija era más fuerte. En un giro del destino, se encontraron con un tractor que les ofreció una salvación inesperada. El conductor, Diego, se convirtió en un ángel en medio de la tormenta, permitiendo que la familia se reuniera.
Un nacimiento lleno de amor
Finalmente, después de una travesía épica, Martina llegó al hospital. La emoción fue indescriptible cuando madre e hija se encontraron. Benjamín nació en un ambiente de amor y valentía, pesando 3,310 kilos, y fue atendido por el doctor Gallo. La felicidad de Martina y Nahuel era palpable, y la angustia que habían sentido durante el trayecto se desvaneció en un instante. La resiliencia de la pareja se vio reflejada en la fortaleza de su hija, quien llegó al mundo en medio de la adversidad.
A pesar de los desafíos que enfrentaron, la familia se siente agradecida. Aunque su hogar sufrió daños, están decididos a reconstruir y seguir adelante. La historia de Benjamín es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el amor y la determinación pueden superar cualquier obstáculo.