El legado interreligioso del Papa Francisco

Una anécdota reveladora

En agosto de 2012, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, recibió a un grupo de jóvenes sacerdotes que regresaban de un viaje a Israel organizado por el Congreso Judío Latinoamericano. Durante la visita, se encontró con un objeto curioso en su oficina: una réplica del Pentateuco, el libro sagrado judío. Su reacción fue genuina y cargada de ironía, mostrando un aprecio sincero hacia la comunidad judía. Bergoglio explicó que había decidido exhibirlo para que todos los que entraran a su despacho pudieran apreciar su amor por el pueblo judío, especialmente aquellos que quizás no compartían su entusiasmo.

Un Papa comprometido con el diálogo

La figura de Francisco ha sido un faro de esperanza en el ámbito del diálogo interreligioso. Desde su elección como Papa, ha ampliado su aprecio por las tradiciones religiosas, promoviendo la convivencia y el respeto mutuo. Sus visitas a Israel y a países árabes, así como su diálogo con líderes de otras religiones, son ejemplos claros de su compromiso. En numerosas ocasiones, ha insistido en la importancia de reconocer y celebrar la diversidad religiosa como un camino hacia la paz.

Momentos significativos en el Vaticano

Un evento emblemático fue el almuerzo “kosher” que ofreció a una delegación de judíos argentinos en su residencia de Santa Marta en enero de 2014, el primero en la historia del Vaticano. Este gesto simbólico no solo reafirmó su amistad con la comunidad judía, sino que también destacó su deseo de construir puentes y fomentar el entendimiento entre diferentes culturas. Asimismo, en noviembre de 2022, abrió las puertas de la majestuosa sala sinodal de la Santa Sede a 200 delegados del Congreso Judío Mundial, un acto que simboliza su compromiso con el pluralismo y el respeto.

Un legado de amor y respeto

La huella que ha dejado el Papa Francisco en el diálogo interreligioso es profunda y significativa. A pesar de las tensiones globales, su liderazgo ha inspirado a muchos a buscar la paz a través del entendimiento. Su amor por Dios y su respeto por la diversidad se reflejan en sus encíclicas y en su vida diaria. Conociendo su carácter, no es difícil imaginar que en su camino hacia la eternidad, desee reencontrarse con sus amados Evangelios y, quizás, con el rollo de la Torá que tanto valoró.