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Un vino con historia
El vino Pêra-Manca, un ícono de la viticultura portuguesa, ha dejado una huella significativa en el mercado brasileño desde su llegada. Este vino, que se remonta a la expedición de Pedro Álvares Cabral en 1500, ha sido un pilar para la Adega Cartuxa desde la década de 1990.
En 2024, la Adega lanzó 6.000 garrafas de su vino tinto de la cosecha 2018, marcando un hito en su historia reciente. Este lanzamiento no solo revitalizó la marca, sino que también impulsó el crecimiento del negocio en Brasil, donde el vino ha encontrado un público entusiasta.
Un crecimiento notable en ventas
El impacto del Pêra-Manca en el mercado brasileño ha sido notable. En 2024, este vino representó casi el 10% del total de ingresos de la Adega Cartuxa, que alcanzó los 28,4 millones de euros, un aumento del 12% en comparación con el año anterior.
En Brasil, el crecimiento fue aún más impresionante, con un aumento del 43% en las ventas, impulsado principalmente por el vino y el aceite de oliva. Este último, aunque ha visto una caída en los precios, sigue siendo un producto clave para la empresa, que busca equilibrar sus ingresos en un mercado competitivo.
Desafíos y expectativas para el futuro
A pesar del éxito, la Adega Cartuxa enfrenta desafíos significativos para 2025. La caída en los precios del aceite de oliva, que ha disminuido entre un 20% y un 30%, y la posible falta de una nueva cosecha del Pêra-Manca podrían afectar los ingresos.
Sin embargo, el director comercial, João Teixeira, se muestra optimista. Con planes de aumentar la inversión en comunicación y publicidad, la empresa espera mantener su crecimiento en el mercado brasileño. La expectativa es que, a pesar de los desafíos, los ingresos superen los 30 millones de euros este año, gracias a la sólida demanda de sus productos.