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El aumento del turismo y sus consecuencias
Fernando de Noronha, un paraíso natural en Brasil, ha visto un aumento significativo en el número de turistas en los últimos años. Este crecimiento, que ha llevado el total de visitantes anuales de poco más de 85,0 a un récord de 131,500, está teniendo un impacto directo en la fauna local, especialmente en los golfinhos-rotadores.
Estos cetáceos, conocidos por su habilidad para girar en el aire, están cambiando sus hábitos debido a la creciente presencia de embarcaciones en sus hábitats naturales.
Comportamiento alterado de los golfinhos
Según el Proyecto Golfinho Rotador, que trabaja en la conservación de esta especie desde 1990, los golfinhos han reducido su tiempo de descanso en áreas clave.
Antes, estos animales pasaban hasta ocho horas al día en la bahía de los Golfinhos, pero en la actualidad, este tiempo se ha reducido a aproximadamente dos horas y media. Este cambio se debe en gran parte al aumento de embarcaciones en la zona, que ha pasado de cinco barcos diarios en 2003 a más de 20 en la actualidad.
Este incremento no solo afecta su tiempo de descanso, sino que también los hace más vulnerables a depredadores como los tiburones.
Regulaciones y protección de la especie
A pesar de que no se ha registrado una disminución en la población de golfinhos, la situación es preocupante.
La legislación brasileña, a través de la portaria 117 del Ibama, prohíbe la entrada de embarcaciones en grupos de cetáceos, pero la implementación de estas regulaciones es un desafío. El ICMBio, responsable de la conservación del medio ambiente en Noronha, está trabajando en nuevas reglas para regular el turismo náutico y proteger a los golfinhos.
Sin embargo, la presión por aumentar las actividades turísticas sigue siendo alta, lo que plantea un dilema sobre cómo equilibrar el turismo y la conservación.
