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La carne en el centro del debate económico
Recientemente, el precio de la carne ha vuelto a ser un tema candente en Argentina, especialmente tras las declaraciones del presidente Javier Milei. En un intento por contextualizar la inflación de febrero, que alcanzó el 2,4%, Milei argumentó que si se excluye el efecto de la carne, la tasa de inflación habría sido del 1,8%.
Esta afirmación ha generado un intenso debate sobre el verdadero impacto de los precios de la carne en la economía nacional.
Incrementos y su justificación
Desde la cadena de la carne, se ha aclarado que aunque el aumento en febrero fue notable, este incremento no es tan alarmante si se compara con la inflación general.
Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el precio promedio del kilo vivo en el mercado de Cañuelas subió un 8,7% en febrero, alcanzando los 2.206 pesos por kilo.
Sin embargo, el aumento interanual fue del 53,2%, lo que sigue siendo inferior a la inflación general del 66,9% en los últimos doce meses.
Factores que influyen en el precio de la carne
Leonardo Rafael, presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores de Carne (Camya), explicó que el aumento en los precios se debe a factores estacionales y a una disminución en la cantidad de animales vendidos.
Esto ha llevado a una mayor demanda que oferta, especialmente tras las vacaciones. Sin embargo, Rafael también predice que no habrá nuevos aumentos significativos en el corto plazo, e incluso sugiere que podríamos ver una baja en los precios de la hacienda en pie en los próximos meses.
El precio final y su determinación
Es importante destacar que el precio final de la carne en los mostradores no es simplemente una suma de costos. En un mercado competitivo, este precio se determina por la interacción entre la oferta y la demanda. Las variaciones en los precios a lo largo de la cadena de producción afectan la distribución de ingresos entre los eslabones, pero no alteran el precio final que paga el consumidor. Desde Camya, se asegura que los precios actuales no deberían causar alarma, ya que se espera que se mantengan estables en el corto plazo.