Javier Milei hizo su entrada triunfal en un evento en Santiago en 2019, donde saludó al economista Rolf Lüders, uno de los últimos exponentes de los Chicago Boys. Este encuentro tuvo lugar cuatro años antes de que Milei asumiera la presidencia de Argentina, un país que ha enfrentado numerosas crisis económicas. Durante la conversación, Milei mostró gran interés en las experiencias de Lüders, quien fue testigo de cómo un grupo de economistas de la Universidad de Chicago reformó la economía chilena hace más de medio siglo.
Lüders, ahora de 90 años, advirtió a Milei sobre la complejidad de implementar cambios económicos estructurales. En una entrevista reciente, afirmó: “Los cambios económicos son un proceso complicado que requiere tiempo y, a menudo, sacrificios iniciales”. Estas reformas, que se llevaron a cabo durante la dictadura de Augusto Pinochet, incluyeron recortes drásticos en el gasto público y la eliminación de controles de precios, tras el gobierno socialista de Salvador Allende, derrocado en 1973.
Lecciones del pasado chileno
Las políticas de mercado instauradas en Chile llevaron a dos recesiones dolorosas, una en 1975 y otra en 1982. La segunda crisis fue, en parte, producto de la política monetaria del presidente de la Reserva Federal de EE. UU., Paul Volcker, quien luchó contra la inflación siguiendo las teorías de Milton Friedman, también de la Universidad de Chicago. Esta situación llevó a América Latina a una recesión tan severa que la década de los 80 se conoció como ‘La Década Perdida’. Sin embargo, tras estos difíciles periodos, el experimento económico chileno logró dar paso a décadas de prosperidad, posicionando su ingreso per cápita por encima del de Argentina, Brasil y México.
El enfoque de las administraciones post-dictadura
Con el retorno a la democracia en 1990, los gobiernos de centro-izquierda continuaron profundizando el modelo inspirado en Chicago, integrando regulaciones y programas sociales para un enfoque más humano. Gracias a estas políticas, la pobreza se redujo significativamente, lo que permitió la creación de una clase media sólida.
El desafío de Milei en Argentina
Ahora, Javier Milei, tras una reciente victoria en las elecciones legislativas, intenta aplicar un enfoque similar en Argentina. Este país ha estado marcado por la burocracia y un gasto público desmedido, lo que ha generado inflación descontrolada y crisis recurrentes. Sin embargo, el modelo de mercado defendido por Lüders, frecuentemente catalogado como neoliberalismo, requiere un respaldo gubernamental que contrasta con la visión libertaria radical de Milei, emblemática de su estilo provocador.
Lüders advierte que existe una gran diferencia entre el enfoque de Milei y el de los economistas que han trabajado en Chile. “Los libertarios buscan un mercado libre sin intervención estatal, lo cual es poco realista”, explicó. Lüders, quien fue uno de los primeros chilenos en estudiar en la Universidad de Chicago en la década de 1950, fue clave al invitar a Friedman a Chile en 1975, poco después del golpe de Estado. Facilitó el encuentro entre Friedman y Pinochet, donde el economista propuso un tratamiento de choque para revitalizar la economía chilena.
Las consecuencias de las reformas radicales
Las recomendaciones de Friedman, que abogaban por fuertes recortes en el gasto gubernamental y la reducción de barreras arancelarias, fueron adoptadas casi de inmediato. Sin embargo, el impacto de estas reformas no fue instantáneo y llevó a una crisis económica. En 1982, se le pidió a Lüders que tomara las riendas de los bancos comerciales para estabilizar la situación. Desde entonces, implementó regulaciones más estrictas y trabajó por crear una economía de mercado social similar a la de Alemania.
A pesar de que la economía chilena ha enfrentado retos en la última década, el legado de estas reformas ha perdurado. Incluso el actual presidente de izquierda, Gabriel Boric, quien admira a Allende, ha mantenido las bases de este modelo económico. La situación en Argentina, sin embargo, es más compleja. Milei se encuentra en las etapas iniciales de un largo proceso de transformación económica, enfrentando desafíos políticos significativos que no existían en el Chile de la dictadura, donde se impuso un consenso de mercado más duradero.
Mientras Milei navega por estos desafíos, ha logrado reducir drásticamente el gasto público y controlar la inflación, que alcanzó casi el 300%, a niveles mucho más manejables. Sin embargo, su administración también ha implementado medidas de intervención estatal, como el control del tipo de cambio del peso, lo que contrasta con su ideología libertaria. En un contexto de incertidumbre política y económica, el futuro de sus políticas se mantiene en un delicado equilibrio.
					


