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Un cambio inesperado en la política pesquera
Recientemente, la decisión del vice-presidente de Brasil, Geraldo Alckmin, de eliminar el impuesto de importación de sardinas ha sorprendido a muchos, incluso dentro del propio gobierno. Esta medida, que busca reducir los precios de los alimentos, ha generado un debate intenso sobre sus posibles efectos en la industria pesquera local. La eliminación del impuesto podría hacer que las sardinas enlatadas importadas sean significativamente más baratas, lo que podría afectar la demanda de productos nacionales.
Preocupaciones del Ministerio de Pesca
Un informe del Ministerio de Pesca y Acuicultura, al que tuvo acceso la prensa, advierte sobre los riesgos que esta medida podría acarrear para la industria de conservas de sardinas en Brasil. Actualmente, el impuesto sobre las sardinas congeladas es del 10%, mientras que el de las enlatadas es del 32%. Al eliminar este último, se podría importar sardinas a un precio un 33% menor, lo que podría desincentivar la producción local y poner en peligro miles de empleos en el sector.
El dilema de la producción nacional
A pesar de que la producción de sardinas en Brasil ha aumentado en los últimos años, el país sigue dependiendo de las importaciones para satisfacer la demanda de sardinas enlatadas, que son muy populares entre los consumidores. Según el Ministerio de Pesca, hay aproximadamente 175 embarcaciones y 3,500 pescadores dedicados a esta actividad, además de 5,000 empleos directos y 20,000 indirectos en la industria de conservas. La preocupación radica en que, si las sardinas importadas se vuelven más accesibles, la industria local podría sufrir un golpe devastador.
Un enfoque equilibrado
El Ministerio de Pesca ha sugerido que la eliminación del impuesto debería aplicarse solo a las sardinas congeladas, dejando intacto el impuesto sobre las enlatadas. Esto podría ayudar a mantener la competitividad de la producción nacional, al tiempo que se garantiza el abastecimiento de sardinas en momentos de baja captura local. Sin embargo, la propuesta no ha sido bien recibida por todos, y algunos expertos advierten que la medida podría tener consecuencias negativas a largo plazo para la industria pesquera brasileña.
El contexto de las importaciones
Los datos recientes muestran que Brasil ha reducido drásticamente la importación de sardinas congeladas, mientras que las enlatadas han aumentado. En 2022, el país importó 76,000 toneladas de sardinas congeladas, cifra que cayó a 27,300 toneladas en 2023. En contraste, las importaciones de sardinas enlatadas pasaron de 51 toneladas en 2022 a 128 toneladas en 2023. Esto indica un cambio en las preferencias del consumidor, que podría verse afectado por la nueva política de impuestos.