La reciente detención de Cristina Fernández de Kirchner ha abierto un nuevo debate sobre la salud de la democracia en América Latina. Con líderes de la región enfrentando situaciones similares, surge una pregunta inquietante: ¿realmente se está utilizando el sistema judicial para resolver diferencias políticas? La respuesta parece ser afirmativa, y el caso de Fernández de Kirchner es solo un ejemplo de un patrón más amplio que incluye a otros líderes como Evo Morales y Jair Bolsonaro.
El uso de la justicia en el ámbito político
El término “lawfare” ha cobrado relevancia, no solo en el caso de Fernández de Kirchner, sino también en otros contextos latinoamericanos. La judicialización de la política se ha convertido en una herramienta para deslegitimar a los opositores y mantener el control sobre el panorama político. Cristina ha señalado este fenómeno, y su situación se suma a una lista creciente de líderes que han sido encarcelados o exiliados bajo acusaciones que muchos consideran infundadas.
Un dato revelador es que solo el 52% de los ciudadanos de América Latina apoyan la democracia, según la encuesta de Latinobarómetro. ¿Qué nos dice esto? Sencillo: hay una profunda desconfianza hacia las instituciones democráticas, exacerbada por crisis económicas que han dejado a muchos sintiéndose inseguros e inequitativos. Este contexto facilita la percepción de que los juicios son manipulados para excluir a candidatos populares, lo que solo aumenta la desconfianza en el sistema.
El efecto de la detención en el electorado argentino
A largo plazo, la detención de un oponente político puede parecer beneficiosa para quienes están en el poder, pero la historia ha demostrado que estas medidas a menudo generan un efecto contrario. Javier Milei, el actual presidente, no buscaba la eliminación de Fernández de Kirchner, sino superarla en las urnas. Este hecho revela una debilidad en su influencia sobre el sistema judicial del país, lo que podría volverse un arma de doble filo.
El legado de Cristina permanecerá presente en la política argentina, influyendo en debates y elecciones futuras. En el pasado, Argentina tuvo un sistema de dos coaliciones que alternaban en el poder, pero con la detención de Fernández de Kirchner, la narrativa ha cambiado. Ella ha manifestado que, sin importar su ausencia legal, su popularidad y su mensaje seguirán resonando entre sus seguidores.
Lecciones para el futuro de la política en América Latina
Mirando hacia adelante, es crucial entender que la historia tiende a repetirse. La detención de figuras políticas, lejos de eliminar la oposición, puede fortalecerla. La historia de Juan Perón, quien estuvo en el exilio durante 18 años, ilustra cómo las adversidades pueden ser capitalizadas por los líderes. La resistencia se convierte en un tema central para un partido que ha sobrevivido a crisis y persecuciones.
En el contexto actual, aunque Milei puede estar disfrutando de un respiro temporal, la percepción de su agenda neoliberal como insostenible podría jugar en su contra. Aunque en este momento los indicadores económicos parecen favorables, la historia muestra que las realidades cambian rápidamente. La incertidumbre siempre es un ingrediente en la política, y los fantasmas del pasado pueden volver a cobrar vida en el momento menos esperado.