La figura de Jean Pierre Isidore Alphonse Dubois, un diplomático francés del siglo XIX, ha generado un intenso debate. A pesar de su papel crucial en la historia de México, su legado es objeto de críticas. Historiadores como Edward Shawcross lo describen como un hombre arrogante y vanidoso, conocido por ofender a quienes lo rodeaban. Su carrera se caracteriza por decisiones que, lejos de beneficiar a su país, resultaron en fracasos notorios.
Dubois nació en 1809 en Saint-Martin-du-Vieux-Bellême, Francia, en el seno de una familia de clase media. Su padre, inspector de impuestos, no pudo proporcionarle los recursos necesarios para brillar en la diplomacia. Así, buscó el apoyo del Príncipe Ferdinand, Duque de Orleans, quien le facilitó su primer puesto en Grecia, seguido de una asignación en los Estados Unidos, donde se convirtió en una figura muy controvertida.
La controversia en Texas
Durante su estancia en Estados Unidos, Dubois se proclamó defensor de la independencia de Texas, ganándose tanto admiradores como enemigos. En 1839, en medio de la lucha de Texas por su lugar en el mundo, se autodenominó Dubois de Saligny, un título que evocaba nobleza, aunque carecía de fundamento. Su apoyo a Sam Houston en su disputa con Mirabeau Lamar y su defensa abierta de la Iglesia Católica aumentaron las tensiones en la región.
El conflicto de los cerdos
Una anécdota notable de su tiempo en Texas es el llamado “Pig War”, un conflicto que surgió de una disputa personal entre Dubois y un hotelero, Richard Bullock. La situación escaló rápidamente con cerdos muertos y amenazas, lo que llevó a Dubois a romper relaciones diplomáticas y retirarse a Luisiana. Este episodio sorprendió a sus superiores en París, quienes se encontraron con un embajador ausente y una crisis inesperada.
El retorno a la diplomacia y la intervención en México
En 1860, Dubois fue llamado nuevamente al servicio diplomático y enviado a México en un periodo de gran agitación política. La guerra civil entre liberales y conservadores estaba en su apogeo, y sus informes pronto demostraron ser influyentes. Sin embargo, su llegada coincidió con un cambio inesperado en el conflicto, ya que los liberales, liderados por Benito Juárez, habían tomado la capital.
Los poderes europeos, ansiosos por recuperar sus inversiones en México, decidieron intervenir militarmente. En 1861, fuerzas combinadas de Francia, Reino Unido y España ocuparon Veracruz. Dubois, como ferviente defensor de los conservadores, desempeñó un papel central en esta ocupación, complicando aún más la situación política en el país.
La batalla de Puebla
En 1862, a pesar de sus decisiones desacertadas, Dubois convenció a sus superiores de que el ejército francés podría avanzar hacia la Ciudad de México sin inconvenientes. Sin embargo, el Ejército francés encontró resistencia en Puebla, donde sufrió una inesperada derrota. Este evento, conocido como la Batalla de Puebla, se convirtió en un símbolo de resistencia mexicana, conmemorándose cada 5 de mayo. Sorprendentemente, Dubois mantuvo su posición y adquirió más poder tras la derrota.
El imperio de Maximiliano y la caída de Dubois
Después de la victoria en Puebla, el gobierno francés decidió establecer un imperio en México bajo el liderazgo de Maximiliano de Habsburgo. Dubois, ahora uno de los principales consejeros, se benefició enormemente de la situación, acumulando riqueza y poder, a pesar de su reputación cuestionable. En 1863, con la entrada triunfal de las tropas francesas en la Ciudad de México, la situación parecía estabilizarse temporalmente.
A pesar de su influencia, Dubois continuó generando conflictos. Un episodio notable fue cuando acusó públicamente a un alto funcionario de corrupción, lo que deterioró aún más su imagen. A medida que la situación política se volvía más inestable, tanto Dubois como el general Forey fueron llamados de regreso a Francia.
Finalmente, Dubois regresó a su país natal, donde se retiró de la vida diplomática y falleció en 1888. Su legado perdura como un recordatorio de cómo un individuo, a pesar de su desprecio generalizado, puede influir significativamente en el rumbo de la historia.



