Un despliegue policial sin precedentes
El Gobierno argentino ha decidido redoblar esfuerzos en la seguridad pública, especialmente en el contexto de la nueva marcha en apoyo a jubilados que se llevará a cabo en el centro de Buenos Aires. Esta movilización, que contará con la participación de barras, organizaciones sociales y gremios afines al kirchnerismo y la izquierda, ha llevado a las autoridades a implementar un operativo policial robusto. Más de mil efectivos de distintas fuerzas de seguridad, incluyendo la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura Naval, estarán presentes para garantizar el orden y la seguridad durante el evento.
Medidas preventivas y control en el transporte
Una de las principales novedades del operativo es el control especial en las cabeceras del transporte público. Este enfoque tiene como objetivo requisar a las personas que lleguen a la Capital Federal con “elementos sospechosos” que pudieran ser utilizados para atacar el Palacio Legislativo o a los agentes de seguridad. Las imágenes que circularon en redes sociales de barras de Gimnasia y Esgrima de La Plata accediendo a la ciudad en el tren Roca han sido un claro llamado de atención para las autoridades, quienes buscan aislar a los potenciales violentos y evitar cualquier tipo de disturbio.
La postura del Gobierno ante la violencia
Fuentes oficiales han confirmado que el Gobierno no dará marcha atrás en su objetivo de poner límites a quienes intenten ejercer la violencia. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, junto a otros altos funcionarios, ha enfatizado que se aplicará el protocolo antipiquetes y que el despliegue será similar al del miércoles pasado. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, también ha respaldado el accionar de las fuerzas de seguridad, insistiendo en que se utilizará la represión de acuerdo a los cánones establecidos en situaciones de violencia. “No hay que tratarlos como carmelitas descalzas”, afirmó, dejando claro que la seguridad es una prioridad en este contexto.
