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La digitalización del sector financiero en Brasil
En los últimos años, el sector financiero brasileño ha experimentado una transformación radical impulsada por la digitalización. Las fintechs, empresas que combinan tecnología y servicios financieros, están a la vanguardia de esta revolución.
Según un estudio de la infratech Celcoin, se espera que el mercado de Banking as a Service (BaaS) en Brasil supere los 5 mil millones de dólares para 2031, lo que representa un crecimiento exponencial de 12 veces en menos de una década.
Este modelo permite a empresas no financieras, como ecommerces y grandes minoristas, integrar servicios financieros en sus plataformas, facilitando el acceso a una gama más amplia de productos y servicios para los consumidores.
Demandas de la Asociación Brasileña de Câmbio
La Asociación Brasileña de Câmbio (Abracam) ha solicitado al Banco Central que permita a las fintechs utilizar servicios de cambio de instituciones reguladas sin exclusividad. Este pedido surge en un contexto donde la bancarización y la inclusión financiera son más importantes que nunca.
Abracam argumenta que la restricción actual limita la capacidad de las fintechs para ofrecer servicios completos a sus clientes, ya que no todas las instituciones financieras pueden proporcionar todos los servicios necesarios. Además, la asociación sostiene que la tecnología actual permite rastrear y verificar las operaciones, lo que minimiza los riesgos operativos asociados.
Criptoactivos y la evolución del BaaS
Otro aspecto crucial en la discusión sobre el BaaS es la inclusión de operaciones de cambio internacional y servicios relacionados con criptoactivos. Abracam propone la creación de un modelo denominado «Cripto as a Service», que permitiría a las fintechs ofrecer servicios de criptomonedas de manera regulada. La falta de regulación en este ámbito podría limitar la innovación y el crecimiento del sector, lo que es preocupante en un entorno financiero global cada vez más competitivo. La propuesta del Banco Central de prohibir que los tomadores de servicio de BaaS operen desde el exterior también ha generado controversia, ya que podría poner a Brasil en desventaja frente a otras economías que adoptan enfoques más abiertos.