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La privatización de Intercargo: un cambio necesario
El reciente anuncio del Gobierno argentino sobre la privatización total de Intercargo ha generado una ola de reacciones en el sector aeroportuario. Esta decisión, formalizada a través del Decreto 198/2025, busca optimizar la gestión de servicios de rampas y traslados de equipajes en aeropuertos, un área que ha estado bajo el control estatal desde 1961.
La privatización se presenta como una solución a los problemas financieros que ha enfrentado la empresa, que ha requerido asistencia estatal por más de $6.700.000.000 en los últimos años.
Impacto en el servicio y la competencia
Con la apertura a la competencia, el Gobierno ha comenzado a otorgar licencias a otras empresas para ofrecer servicios de handling.
La uruguaya Air Class Cargo y la nacional Fly Seg ya han recibido habilitaciones, lo que promete un cambio en la dinámica del mercado. Este movimiento no solo busca mejorar la calidad del servicio, sino también garantizar la conectividad nacional e internacional, un aspecto crucial para el desarrollo económico del país.
Sin embargo, la transición hacia un modelo privatizado plantea interrogantes sobre la continuidad y calidad del servicio que los pasajeros recibirán.
Desafíos y oportunidades en el horizonte
A medida que Intercargo se prepara para su privatización, surgen desafíos significativos.
La empresa deberá adaptarse a un entorno competitivo, donde la eficiencia y la calidad del servicio serán determinantes para su éxito. Además, el Gobierno ha dejado claro que la privatización no debe afectar la continuidad del servicio, lo que implica que se deben implementar medidas para asegurar una transición fluida.
La experiencia reciente, donde protestas de trabajadores afectaron la operación del servicio, resalta la necesidad de un enfoque equilibrado que contemple tanto los intereses de los empleados como los de los pasajeros.