Table of Contents
Una noche sin ventilación mecánica
El papa Francisco ha logrado pasar la noche en el hospital sin necesidad de utilizar la ventilación mecánica no invasiva, lo que representa un avance significativo en su recuperación. Según fuentes de la Santa Sede, este progreso debe ser interpretado con cautela, ya que los médicos advierten que su estado sigue siendo «complejo dentro de la estabilidad».
A sus 88 años, el pontífice ha estado internado desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral, enfrentando varias crisis durante su tratamiento.
Un tratamiento que avanza
Durante su hospitalización, Francisco ha recibido altos flujos de oxígeno a través de cánulas nasales durante el día y ha utilizado la mascarilla de ventilación mecánica por la noche.
Sin embargo, en la reciente noche del lunes al martes, optó por no usar la mascarilla, lo que indica una «reducción progresiva» en su dependencia de este dispositivo. A pesar de las dificultades, el papa ha mostrado una lenta pero constante mejoría, alejándose del «peligro inminente» que representaba su estado de salud en semanas anteriores.
Actividades y visitas en el hospital
En su tiempo en el hospital, Francisco no solo ha estado recibiendo tratamiento médico, sino que también ha estado activo en su recuperación. Ha participado en sesiones de fisioterapia respiratoria y motora, y ha dedicado tiempo a la oración y a algunas tareas laborales.
A medida que su estado se estabiliza, los médicos han dejado de emitir boletines diarios sobre su salud, lo que sugiere un cambio positivo en su condición. Sin embargo, aún no se ha confirmado si podrá recibir a los reyes del Reino Unido, quienes están programados para visitar el Vaticano en abril.
Un momento de celebración
El 13 de marzo marcó un hito importante en la vida del papa, ya que se cumplieron 12 años desde que asumió el papado. Para conmemorar esta fecha, los médicos del hospital le llevaron una tarta con velas a su apartamento en el décimo piso, un gesto que refleja la cercanía y el apoyo que ha recibido durante su internación. A pesar de los desafíos de salud, Francisco continúa siendo un símbolo de esperanza y resiliencia para muchos.
