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El panorama del consumo en Brasil
En 2024, el consumidor brasileño ha mostrado un comportamiento notable en sus hábitos de compra, reflejando un cambio significativo en la forma en que se relaciona con el mercado. Según datos de Kantar, el acceso a una mayor variedad de productos ha aumentado, lo que indica un crecimiento en la cesta de consumo.
Sin embargo, este aumento no ha estado exento de desafíos, ya que la inflación ha impactado fuertemente en el bolsillo de los brasileños, obligándolos a reevaluar sus gastos.
Inflación y su impacto en el consumo
La inflación de alimentos y bebidas ha crecido a un ritmo alarmante, alcanzando un promedio del 7,69% en 2023, casi el doble del índice general de precios.
Este aumento ha llevado a muchos a optar por hacer menos comidas fuera de casa y a buscar alternativas más económicas en el supermercado. Las clases sociales más vulnerables, especialmente las D y E, han sentido este impacto de manera más aguda, lo que ha llevado a una disminución en la frecuencia de consumo fuera del hogar.
Adaptación del consumidor: el equilibrista
Pedro Soares, director de cuentas de Kantar, describe al consumidor brasileño como un «equilibrista» que busca balancear sus gastos. Este término refleja la necesidad de los brasileños de hacer elecciones conscientes en un entorno económico complicado.
La búsqueda de precios más bajos y promociones ha llevado a un aumento en la frecuencia de visitas a los supermercados, aunque el gasto promedio por visita ha disminuido. Este cambio en el comportamiento de compra es un claro indicativo de que los consumidores están priorizando la economía en sus decisiones de compra.
El futuro del consumo en Brasil
A medida que avanzamos hacia 2025, las proyecciones sugieren que el consumo se mantendrá estable, aunque esto no necesariamente implica un alivio para el gobierno. La pérdida de popularidad del presidente Lula, en parte atribuida a la crisis económica y la inflación, podría complicar aún más la situación. Las clases más desfavorecidas continúan siendo las más afectadas, lo que plantea un desafío significativo para la administración actual. En este contexto, el consumidor brasileño seguirá adaptándose, buscando nuevas formas de satisfacer sus necesidades sin comprometer su presupuesto.