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Un superávit comercial significativo
Recientemente, el vice-presidente de Brasil, Geraldo Alckmin, destacó en una videoconferencia con funcionarios estadounidenses que el comercio entre Brasil y Estados Unidos ha generado un superávit de aproximadamente 200 millones de dólares. Este dato es crucial, ya que refleja la fortaleza de las relaciones comerciales entre ambos países.
Alckmin enfatizó que, a pesar de las tensiones comerciales globales, Brasil mantiene una política de tarifas que favorece a los productos estadounidenses, con un cero por ciento de tarifa en la mayoría de las importaciones clave.
Las tarifas y su impacto
Durante la conversación, se discutió que de los diez productos más importados por Brasil de Estados Unidos, ocho tienen una tarifa de cero. Esto significa que el costo de importar estos bienes es significativamente menor, lo que a su vez beneficia a los consumidores brasileños.
La tarifa media ponderada que Brasil efectivamente cobra es de solo 2,73%, muy por debajo de las tarifas nominales que podrían sugerir un costo más alto. Este enfoque tarifario ha permitido que Brasil se posicione como el séptimo mayor superávit comercial de Estados Unidos, lo que es un indicador positivo para la economía brasileña.
Reuniones bilaterales y futuro del comercio
Alckmin y los asesores de Trump acordaron continuar con reuniones bilaterales para discutir más a fondo las políticas comerciales. Este diálogo es esencial, especialmente en un contexto donde las tensiones comerciales globales están en aumento.
La administración de Lula ha manifestado su intención de mantener una postura equilibrada en las negociaciones, buscando maximizar los beneficios para Brasil. Con un superávit de 25 mil millones de dólares en bienes y servicios, es evidente que hay un potencial significativo para fortalecer aún más estas relaciones comerciales.
Desafíos y oportunidades
A pesar de los datos positivos, el comercio entre Brasil y Estados Unidos enfrenta desafíos. La reciente implementación de tarifas sobre el acero y el aluminio por parte de Estados Unidos podría afectar negativamente a las exportaciones brasileñas. Sin embargo, Brasil sigue siendo un proveedor clave de productos semiacabados de acero y petróleo, lo que sugiere que hay oportunidades para negociar acuerdos que beneficien a ambas partes. La administración de Lula está trabajando para establecer un marco que permita un comercio más justo y equilibrado, lo que podría resultar en un futuro más prometedor para las relaciones comerciales entre Brasil y Estados Unidos.
