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La situación actual en el puerto de Porto Velho
La cosecha de soja en Brasil se enfrenta a un desafío logístico significativo, especialmente en el puerto de Porto Velho. Este año, el inicio del cultivo se retrasó casi un mes debido a condiciones climáticas adversas, lo que ha llevado a una acumulación de hasta 1.200 camiones diarios en espera de descargar su carga.
La situación se ha vuelto crítica, ya que los productores deben lidiar con tiempos de espera de entre cuatro y seis días, lo que incrementa sus costos operativos.
Impacto del clima en la producción
El clima ha jugado un papel crucial en la cosecha de este año.
Con un inicio de plantación programado para el 10 de septiembre, los agricultores no comenzaron hasta el 5 de octubre, lo que ha comprimido la ventana de cosecha. Además, las lluvias excesivas durante la cosecha han ralentizado el proceso, complicando aún más la logística.
Según la Conab, la producción de soja en el estado ha aumentado, pero la infraestructura existente no ha podido soportar el volumen adicional, creando un cuello de botella en el puerto.
Problemas de infraestructura y competencia
La infraestructura deficiente es un problema recurrente en la cadena de suministro de soja.
La congestión no solo afecta a los productores de Rondônia, sino también a aquellos de la región noroeste de Mato Grosso. A esto se suma la competencia desleal de empresas como Amaggi, que priorizan sus propias cargas, dejando a los productores locales en una situación desfavorable.
Este tipo de prácticas agravan la crisis, ya que los camiones de los productores deben esperar más tiempo para descargar, lo que aumenta sus costos y afecta su rentabilidad.
Perspectivas futuras
A pesar de los desafíos actuales, se espera que la producción de soja en Brasil alcance los 167,4 millones de toneladas en la cosecha 2024/25, un aumento del 13,3% en comparación con el año anterior. Sin embargo, la congestión en el puerto de Porto Velho podría persistir hasta finales de mes, cuando se espera que finalice la cosecha en el estado. Los productores y las autoridades deben trabajar juntos para encontrar soluciones que mejoren la infraestructura y la logística, asegurando que la producción de soja pueda fluir sin problemas hacia los mercados internacionales.