El Califa de León, la taquería destacada de Ciudad de México, se lanza a la conquista internacional después de haber hecho historia al convertirse en la primera taquería en recibir una estrella Michelin en 2024. Su propietario, Mario Hernández, tiene la vista puesta en Nueva York, un paso audaz que promete revolucionar el concepto de la gastronomía mexicana en el extranjero.
Una estrella que cambió todo
Desde la obtención del prestigioso galardón, la vida de Hernández ha dado un giro radical. “Nunca esperábamos recibir ese trofeo”, confiesa. “Ha cambiado materialmente el ritmo de nuestras vidas”, añade, reflexionando sobre el impacto que el reconocimiento ha tenido en su familia, empleados y proveedores. La fama ha traído consigo largas filas de comensales, deseosos de probar sus famosos tacos en el humilde barrio de San Rafael.
¿Qué hace únicos a sus tacos?
La fórmula es sencilla: tortillas, carne, limón y sal. Pero Hernández señala que el secreto radica en el corte de la carne. “El noventa y nueve por ciento de la gente no sabe cómo cortar carne”, insiste. Esta atención al detalle ha sido clave en su éxito. Con la mirada fija en obtener una segunda estrella, planea expandirse más allá de las fronteras de México.
Manhattan, el próximo destino
“Desde que supe que recibimos el premio, mi objetivo fue claro: conseguir una segunda estrella”, afirma Hernández. Este desafío lo lleva a Manhattan, un paso que él considera crucial. “Conquistar una de las capitales gastronómicas del mundo es un reto logístico y financiero. Pero si lo logro, tendría una llave dorada para conquistar cualquier lugar del mundo”, asegura con determinación.
Un sueño que va más allá
Sin embargo, sus ambiciones no se detienen en Nueva York. En una entrevista, Hernández mencionó otras ciudades como Madrid, Londres y París, donde también sueña con llevar sus tacos. “¿Y por qué no? Los sueños se hacen realidad”, dijo con optimismo. Pero aclara que no sacrificarán la calidad por la expansión. “La calidad, simplicidad y respeto por el taco son no negociables”, enfatiza.
La técnica detrás del sabor
Hernández, quien se muestra sorprendido por el reconocimiento de Michelin a su receta tan básica, destaca que el verdadero arte está en la técnica de corte de la carne. “Mi padre trabajó con carne durante más de sesenta años y encontró el corte perfecto”, rememora. Esta herencia familiar es parte integral de su éxito.
Colaboraciones estratégicas
En octubre del año pasado, El Califa se asoció con Tacombi, una cadena de restaurantes mexicanos, para ofrecer sus tacos durante un mes. El éxito de esta colaboración llevó a replicar la experiencia en Virginia, demostrando que la demanda por su cocina trasciende fronteras. La taquería se ha convertido en un fenómeno, generando interés y entusiasmo entre los amantes de la gastronomía.
Así, El Califa de León no solo ha revolucionado la manera de disfrutar los tacos en su ciudad natal, sino que ahora se prepara para llevar su legado a la Gran Manzana. ¿Conseguirá Hernández hacer de su taquería un referente en el mundo? Solo el tiempo lo dirá.