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Un sector en expansión
El sector de consorcios en Brasil ha cerrado el año 2024 con cifras récord en adhesiones y créditos comercializados. Con más de 11 millones de consorciados activos y un movimiento que supera los R$ 378 mil millones, el crecimiento es evidente.
Este fenómeno se debe en gran parte a los altos intereses que encarecen el financiamiento inmobiliario, lo que ha llevado a muchos brasileños a optar por esta alternativa más accesible. La Asociación Brasileña de Administradoras de Consorcios (ABAC) estima que el sector podría crecer un 8% en 2025, lo que lo posiciona como una opción cada vez más atractiva para los consumidores.
Condiciones favorables para los consorciados
La situación económica actual ha beneficiado a los consorcios, especialmente en el segmento inmobiliario. Las cuotas son cobradas en reales, lo que las hace competitivas frente a la valorización del dólar y el euro. Esto ha atraído a muchos brasileños que residen en el extranjero, quienes ven en los consorcios una oportunidad para invertir en propiedades en su país de origen.
La administradora de consorcios Ademicon, por ejemplo, planea abrir una unidad física en Miami, Florida, para atender a este creciente mercado. Según su vicepresidente, Guilherme Carrasco, la demanda por propiedades es alta, y los brasileños que han emigrado buscan asegurar su futuro en Brasil.
Un perfil de consumidor en evolución
El perfil del consumidor de consorcios ha cambiado significativamente. Hoy en día, los consumidores son más educados financieramente y buscan opciones que les ofrezcan estabilidad y seguridad. La tasa de administración fija de los consorcios, que se traduce en aproximadamente un 1% anual en un plan de 20 años, se presenta como una alternativa viable frente a los altos intereses de los financiamientos tradicionales.
Luis Toscano, de Embracon, destaca que solo el 5% de la población participa en consorcios, lo que indica un amplio margen de crecimiento en el mercado. Además, la plataforma MyCotas ha surgido como una solución para mitigar la tasa de cancelación, que se aproxima al 50%, ofreciendo una forma de compra y venta de cartas contempladas.