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Ginny Burton, que en su día fue adicta a la heroína y tiene 17 condenas por delitos graves en su historial, tiene un mensaje para quienes luchan contra la adicción u otros problemas vitales: Nunca es demasiado tarde para cambiar.
La Sra. Burton, de 48 años y residente en Rochester, una localidad rural del estado de Washington, se graduó en mayo en el campus de Seattle de la Universidad de Washington con una licenciatura en ciencias políticas. Tiene previsto estudiar un máster, para lo que cuenta con la ayuda de una beca concedida en 2020 por la Fundación de Becas Harry S. Truman, un organismo federal.
La joven dejó atrás sus adicciones y se graduó de la universidad
La historia es bastante común, pero fueron las fotos del antes y el después de una Ginny demacrada y adicta en 2005, en contraste con la sonriente y saludable Sra. Burton con sus galas de graduación este año, las que se hicieron virales en Facebook, despertando el interés de los medios de comunicación de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania.
La Sra. Burton espera aprovechar su inesperada fama y ha creado un grupo privado de Facebook para personas que se proponen objetivos, está trabajando en un libro de memorias inspirador y habla sobre el calvario relatado en esas dos fotos.
Burton dijo a The Washington Times el lunes que reclutó a su marido desde hace siete años, Chris, de 42 años, de su trabajo como enmarcador de casas para ayudar a gestionar la naciente colección en línea de páginas de Facebook e Instagram de V. Ginny Burton.
La tempestad de la adicción de la joven
El nuevo éxito de la mujer parece aún más surrealista si se tiene en cuenta la historia de su vida, que parecía no ofrecer ninguna promesa de felicidad, ni siquiera de supervivencia.
La Sra. Burton, una de las siete hijas que se criaron en Tacoma (Washington), empezó a consumir drogas a los 7 años, cuando su madre, adicta y traficante, compartió marihuana con Ginny y sus hermanos. A partir de ahí, el camino se hizo más peligroso: metanfetamina a los 12 años, fumar crack a los 14 y heroína a los 21, con una adicción total dos años después.
El historial delictivo evidenciaba su adicción
A lo largo de los años acumuló numerosas condenas penales, cumpliendo condena en cárceles del condado y prisiones estatales. Aunque los encarcelamientos la ayudaron a apreciar la sobriedad, el tiempo entre rejas no le dio las herramientas para mantenerse limpia.
Burton tocó fondo en 2012, cuando se enfrentó a una cuarta condena de prisión tras ser detenida por varias órdenes de detención por falsificación. El arresto se produjo mientras estaba en «una relación de violencia doméstica», recordó, «y consumir drogas me parecía una mejor opción para poder borrar la realidad que estaba viviendo».
Pero, a diferencia de la mayoría de los delincuentes que podrían ver una detención de forma negativa, Burton dijo que vio su captura ese día como «esencialmente un rescate».
Gracias a las conexiones con grupos de ayuda a los presos y a un abogado privado con experiencia, Ginny Burton pudo aplazar sus cargos en favor de una sentencia de seis meses de cárcel que incluía un tratamiento por abuso de drogas. A esto le siguieron tres años de un programa de tratamiento, que, según ella, le enseñó «a superar las cosas difíciles» que la llevaron a querer consumir drogas.
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