El almuerzo de la prensa en Cannes: un evento lleno de sorpresas

Cada año, en Cannes, se celebra un evento que, aunque tal vez no sea el más mediático, es sin duda uno de los más esperados: el almuerzo para la prensa que coincide con el Festival de Cine. En este año, el alcalde David Lisnard no solo ha organizado un festín, sino que ha convertido la Parroquia de San Nicolás en un escenario donde se entrelazan la gastronomía y el séptimo arte. Imagínate la escena: un hermoso día, la vista espectacular desde la colina y el aroma del famoso aioli que flota en el aire. Pero, ¿cuántos conocen realmente lo que sucede detrás de las cámaras de este evento tan particular?

Una tradición que une a la comunidad

El almuerzo, conocido como ‘L’Aioli de la presse internationale’, reúne a miembros del jurado, prensa y, por supuesto, a algunos vecinos de Cannes. Este año, incluso hubo algunos colados que lograron infiltrarse en el evento. La llegada no es fácil, ya que hay que subir escaleras serpenteantes o, si prefieres, tomar un camino más largo pero asfaltado. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena: desde la Place de la Castre se puede apreciar una vista impresionante de la ciudad y del mar Mediterráneo, que se convierte en un telón de fondo perfecto para este encuentro.

El ambiente festivo y la música que acompaña

Al ingresar al recinto, la atmósfera es vibrante. Los asistentes, desde niños hasta ancianos, lucen trajes típicos y llevan flores, creando un ambiente festivo. Una banda de músicos, vestidos con uniformes azules, da la bienvenida a los invitados con melodías que oscilan entre clásicos franceses y hits de los Village People. Este contraste musical, aunque ecléctico, añade un toque divertido a la celebración. ¿Quién podría resistirse a cantar mientras se disfruta de un buen plato de pescado?

El papel del jurado y los invitados

En un rincón del evento, se encuentran los miembros del jurado, que ocupan un lugar especial en la mesa principal, decorada con esmero. El almuerzo no puede comenzar hasta que lleguen figuras como Juliette Binoche, la presidenta del jurado, y otros miembros reconocidos. Mientras las campanas de la parroquia suenan, la música de Camille Saint-Saëns llena el aire, marcando el inicio de lo que promete ser un evento memorable. Pero, a pesar de la expectación, la prensa y los demás invitados deben esperar su turno para servir el pescado, creando un momento de tensión y anticipación.

Un souvenir especial para recordar el evento

La experiencia no estaría completa sin un pequeño detalle que los comensales se llevan a casa: una botella de aceite de oliva, etiquetada con la edición del festival. Este souvenir no solo representa el almuerzo, sino que también es un recordatorio de la cultura y la tradición que rodean al Festival de Cine de Cannes. Sin embargo, no todo es perfecto. Al salir, algunos periodistas se ven obligados a lidiar con la organización y las restricciones que pueden surgir, incluso dejando a algunos sin acceso a la comida. Esto añade un toque de realidad al glamour del evento.

Reflexiones sobre el cine y la cultura

Personalmente, creo que eventos como este son una oportunidad única para conectar con el arte y la cultura en un ambiente más relajado. La mezcla de cine, gastronomía y comunidad es lo que realmente hace especial al Festival de Cannes. Al final del día, no solo se trata de las películas que se proyectan, sino de las historias que se crean en torno a ellas. Cada risita, cada brindis y cada conversación en la mesa son parte de la magia que rodea este evento. Así que, mientras algunos se van a casa con su botella de aceite, otros se quedan con recuerdos imborrables y la promesa de un próximo año lleno de más cine y más sorpresas.