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Un final inesperado para un clásico
El Nissan GT-R, conocido cariñosamente como «Godzilla», ha llegado a su fin. Este modelo emblemático, que ha resistido la prueba del tiempo y varias crisis en la industria automotriz, se despide del mercado sin un sucesor a la vista.
La razón detrás de esta decisión radica en la antigüedad del proyecto, que fue lanzado en 2007. A pesar de su impresionante rendimiento y estatus icónico, la falta de actualizaciones en seguridad y eficiencia energética ha llevado a la marca a tomar esta difícil decisión.
Un legado de potencia y rendimiento
El GT-R ha sido sinónimo de potencia, especialmente en su versión Nismo, que cuenta con un motor V6 biturbo de 3.8 litros que genera 600 caballos de fuerza. Desde su primera aparición como parte de la línea Skyline en 1969, este modelo ha evolucionado, pero siempre ha mantenido su esencia deportiva.
A lo largo de los años, Nissan ha logrado posicionar al GT-R como uno de los vehículos más respetados en el mundo del automovilismo, compitiendo de tú a tú con marcas premium europeas.
El futuro incierto de Nissan
A pesar de la despedida del GT-R, Nissan no se detiene.
La marca está trabajando en nuevos modelos, incluyendo la segunda generación del SUV compacto Kicks, que se lanzará este año. Además, se rumorea que la compañía podría recibir una inversión de Tesla, lo que podría cambiar el rumbo de la automotriz.
Sin embargo, la expectativa de una nueva generación del GT-R, que se había anticipado con el concepto Hyper Force presentado en el Salón de Tokio 2023, se desvanece. Este prototipo, que prometía un diseño futurista y motorización eléctrica, ahora queda en el aire, dejando a los fanáticos del GT-R con un sabor agridulce.