Ecoturismo en el Pantanal: lecciones de un ex piloto de Fórmula 1

El ecoturismo se presenta a menudo como una solución mágica para la conservación, pero, ¿realmente está cumpliendo su promesa? Mario Haberfeld, ex piloto de Fórmula 1, se embarcó en una misión para demostrar que la coexistencia entre el desarrollo turístico y la preservación de la fauna es posible, especialmente en un ecosistema tan frágil como el Pantanal. A través de su experiencia, podemos aprender que el camino no es fácil y que las cifras cuentan una historia diferente a la que nos presentan los discursos optimistas.

Los verdaderos números detrás del ecoturismo

Cuando hablamos de ecoturismo, se menciona su potencial para generar ingresos y fomentar la conservación. Sin embargo, es fundamental analizar el churn rate y el Lifetime Value (LTV) de los visitantes en estas reservas. En el caso de Onçafari, la organización fundada por Mario, han logrado aumentar el número de visitantes y donantes, pero no sin enfrentar obstáculos. La sostenibilidad de este modelo depende de convertir a los visitantes en defensores del medio ambiente, no solo en turistas temporales.

A pesar de las intenciones, los datos de crecimiento del sector no siempre son alentadores. Muchos proyectos de ecoturismo no logran un product-market fit (PMF) adecuado, lo que resulta en una alta tasa de abandono. En este sentido, Onçafari ha sido innovadora al centrarse en la educación ambiental, transformando a los turistas en embajadores de la conservación.

Un caso de éxito en medio de fracasos

La historia de Mario no es solo un relato de éxito. Como fundador de tres startups, dos de las cuales fracasaron, ha aprendido de cada tropiezo. En su camino hacia la creación de Onçafari, enfrentó la desconfianza de las comunidades locales y dificultades burocráticas. Sin embargo, su enfoque en la colaboración y el establecimiento de relaciones sólidas con agricultores y organizaciones gubernamentales ha sido clave para su éxito.

Un ejemplo notable es el trabajo realizado para habituar a las onzas-pintadas a la presencia humana. A través de un proceso cuidadoso y respetuoso, Onçafari ha logrado que estas majestuosas criaturas se acerquen a los visitantes, lo que no solo mejora la experiencia del turista, sino que también fomenta la preservación del hábitat natural de la especie.

Lecciones para fundadores y emprendedores

La trayectoria de Mario ofrece valiosas lecciones para quienes buscan innovar en el ámbito de la conservación y el ecoturismo. En primer lugar, es crucial no subestimar la importancia de un enfoque basado en datos. Conocer las métricas de Customer Acquisition Cost (CAC) y burn rate es fundamental para garantizar la viabilidad financiera de cualquier iniciativa. Además, construir una comunidad en torno al proyecto puede ser tan importante como el propio producto.

Asimismo, es esencial mantener una mentalidad abierta ante el fracaso. Cada error es una oportunidad de aprendizaje. Mario ha demostrado que la perseverancia y la adaptabilidad son características esenciales para cualquier líder en este sector. Además, la colaboración con expertos y la comunidad puede allanar el camino hacia un impacto significativo.

Conclusiones y pasos a seguir

La historia de Onçafari es un poderoso recordatorio de que la conservación y el ecoturismo pueden ir de la mano, pero requieren un enfoque estratégico y basado en datos. Como emprendedores, debemos aprender a escuchar y adaptarnos a las realidades del entorno, tanto ecológico como económico. La visión de Mario de crear corredores ecológicos y de proteger no solo a las onzas, sino a todo el ecosistema, es un ejemplo de cómo un enfoque integral puede llevar a resultados positivos.

Al final, el éxito en la conservación no se mide solo por la cantidad de turistas que llegan, sino por el impacto duradero que tenemos en la naturaleza y en las comunidades locales. Para quienes buscan seguir esta senda, recuerden: cada paso cuenta, y la resiliencia es clave.