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Una región llena de historia y encanto
La Estremadura, situada entre Madrid, Sevilla y Lisboa, es una de esas joyas ocultas que pocos conocen. A diferencia de las bulliciosas ciudades como Barcelona y Madrid, esta región ofrece un respiro del turismo masivo, permitiendo a los visitantes sumergirse en un ambiente auténtico y tranquilo.
Aquí, las calles desiertas y las tiendas que cierran durante la siesta crean un ambiente bucólico que invita a la reflexión y al disfrute de la vida.
Gastronomía que deleita los sentidos
Uno de los mayores atractivos de la Estremadura es su rica gastronomía.
Platos como el presunto ibérico, la torta de queso y la clásica sopa de tomate son solo algunas de las delicias que se pueden degustar. La cocina extremeña mantiene vivas las tradiciones culinarias españolas, ofreciendo sabores auténticos que reflejan la historia de la región.
Al recorrer la Estremadura, cada comida se convierte en una experiencia cultural, donde los ingredientes locales son protagonistas.
Rutas imperdibles en la Estremadura
Un viaje a la Estremadura no estaría completo sin explorar sus encantadoras ciudades. Comienza en Plasencia, famosa por su Plaza Mayor y su catedral, que combina estilos gótico y renacentista.
A solo 80 km se encuentra Cáceres, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde la historia romana se siente en cada rincón. No te pierdas Trujillo, con su castillo medieval y su ambiente tranquilo, ideal para pasear sin prisa.
Y, por supuesto, Mérida, donde las ruinas romanas cuentan historias de un pasado glorioso.
Un legado cultural fascinante
La influencia portuguesa en Olivença es otro aspecto fascinante de la Estremadura. Esta ciudad, que fue parte de Portugal durante casi 500 años, ofrece una mezcla única de culturas que se refleja en su arquitectura y gastronomía. Monumentos como el castillo de Olivença y la iglesia de Santa María del Castillo son testigos de esta rica herencia. La gastronomía local, que combina sabores portugueses y españoles, es un deleite para los paladares más exigentes.