Descubre el Sendero Copalita: Una Aventura Inigualable en Oaxaca

El sendero Copalita abarca 100 kilómetros, de los cuales 70 son para caminar y 30 para navegar en balsa. Este recorrido emblemático, que incluye cinco noches de acampada bajo un cielo estrellado, empieza en montañas a 3,200 metros sobre el nivel del mar y finaliza en una hermosa playa en la costa del Pacífico. Este sendero es un proyecto conjunto de nueve comunidades zapotecas en Oaxaca, enfocado en la educación ambiental y la conservación natural.

Organizado por el biólogo Marco Antonio González hace aproximadamente catorce años, este recorrido se plantea para que los viajeros sean considerados como visitantes y no como meros clientes. A lo largo de esta experiencia, no se realizan transacciones monetarias, ni se espera que los participantes ofrezcan propinas, promoviendo así un ambiente de colaboración y respeto.

Una travesía única a través de paisajes diversos

Los participantes son acompañados por un equipo de seis guías locales, quienes ajustan la ruta según las condiciones del momento, brindando una experiencia auténtica y muy mexicana. En octubre pasado, una pareja de Guadalajara, Paulina Ascencio y Arturo Sánchez, se unió a esta aventura. Iniciaron su viaje en la ciudad de Oaxaca, donde Marco Antonio les proporcionó una orientación inicial antes de ser trasladados durante siete horas a San Sebastián Río Hondo, donde disfrutaron de una deliciosa comida cocinada en un fogón de leña.

Inmersión en la naturaleza

El día siguiente, caminaron 16 kilómetros a través de una zona rica en biodiversidad. Paulina se quedó maravillada con la variedad de hongos que encontraron en el camino. La experiencia gastronómica durante el viaje fue igualmente deliciosa, con platillos como guacamole, mole amarillo, frijoles con hojas de aguacate, y hasta chapulines y plátanos asados. Sorprendentemente, a lo largo de los seis días, ningún participante experimentó problemas estomacales.

La primera jornada de senderismo llevó al grupo a Rancho Obispo, cerca de San Francisco Ozolotepec, donde la altitud no era mucho menor que la del campamento inicial. El nombre Ozolotepec significa Colina del Jaguar en Nahuatl, y para los zapotecas y mixtecos, el jaguar es un símbolo de fuerza y misterio.

Desafíos y maravillas en el camino

El segundo día de la travesía, los visitantes enfrentaron una jornada de nueve horas, descendiendo 2,000 metros mientras eran acompañados por mulas que transportaban su equipo, junto a un caballo apodado La Ambulancia. Paulina describe este día como un viaje lleno de vistas espectaculares. Pasaron por tierras agrícolas que emplean el sistema tradicional de milpa, donde cultivan maíz, frijoles y calabazas, y donde también se produce el famoso Café Pluma, considerado uno de los mejores de México.

Al llegar a un río, sumergir los pies cansados en el agua fresca fue un alivio. Sin embargo, la lluvia llegó con fuerza, complicando el camino, y tras 12 horas de caminata, alcanzaron San José Ozolotepec, donde acamparon en el patio de una iglesia debido a que el campamento habitual había sido dañado por un huracán.

Experiencias que perduran

El cuarto día, aunque se esperaba una caminata de solo seis horas, el grupo se enfrentó a una intensa lluvia que duplicó su tiempo de recorrido. A pesar de estos desafíos, Paulina recuerda con alegría su llegada a San Felipe Lachilló, donde disfrutaron de un manantial de aguas cristalinas. Allí, saborearon un platillo único: huevos cocinados en hojas de hoja santa, acompañados de frijoles y salsa.

En el último día de su travesía, recorrieron 12 kilómetros que los llevaron a través de una antigua plantación de café y selvas exuberantes, hasta llegar a San Miguel del Puerto. La última noche acamparon en Mandimbo, donde exploraron un jardín botánico y observaron muchas de las plantas que habían estado consumiendo durante el viaje.

Finalmente, la aventura concluyó con una emocionante experiencia de rafting por el río Copalita, hogar de numerosas especies de aves, terminando en La Bocana, conocida por sus olas ideales para surfistas y sus baños de barro. Desde allí, un autobús los llevó a sus hoteles en Huatulco.

Planifica tu aventura en el sendero Copalita

Organizado por el biólogo Marco Antonio González hace aproximadamente catorce años, este recorrido se plantea para que los viajeros sean considerados como visitantes y no como meros clientes. A lo largo de esta experiencia, no se realizan transacciones monetarias, ni se espera que los participantes ofrezcan propinas, promoviendo así un ambiente de colaboración y respeto.0