Desafíos y Oportunidades de la Unión Europea en las Negociaciones Comerciales con Mercosur

Las conversaciones para establecer un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque sudamericano de Mercosur enfrentan múltiples obstáculos. A medida que la UE intenta finalizar un pacto tras más de veinticinco años de negociaciones, otros países aprovechan la oportunidad para fortalecer sus lazos comerciales con Sudamérica. Este interés surge, en parte, de las tarifas impuestas por el presidente estadounidense Donald Trump, que han alterado el panorama del comercio internacional.

Naciones como los Emiratos Árabes Unidos, Canadá e India buscan asegurar un acceso preferencial al mercado de Mercosur, atractivo no solo por su vasta población de consumidores, sino también por sus importantes recursos minerales. Esta atención por parte de actores globales ha llevado a gobiernos en ciudades desde Tokio hasta Londres a prestar más atención a estas negociaciones.

Desafíos internos en la UE

Recientemente, la frustración dentro de la Unión Europea se hizo evidente durante un encuentro de líderes de Mercosur. La resistencia de los agricultores europeos, especialmente de Francia e Italia, se ha convertido en un obstáculo recurrente. El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó su preocupación sobre la falta de voluntad política para cerrar un acuerdo que ha sido objeto de discusión durante tanto tiempo. Sin un compromiso decidido de los líderes europeos, las negociaciones seguirán estancadas.

El papel de los líderes europeos

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, estaba programada para asistir a la cumbre y firmar el acuerdo, pero canceló su viaje debido a la falta de apoyo suficiente para aprobarlo. A pesar de esta situación, los funcionarios europeos trabajan para conseguir una ratificación a mediados de enero, con la esperanza de que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pueda asegurar los votos necesarios a su favor si se le otorga más tiempo para consolidar apoyo en su país.

Por su parte, Mercosur ha mostrado flexibilidad al aceptar exigencias de la UE, como la implementación de medidas de salvaguarda para proteger a sus agricultores. Sin embargo, la oposición de países como Francia y Polonia persiste, argumentando que un acuerdo podría perjudicar a sus propios productores agrícolas.

Beneficios económicos y geopolíticos

A pesar de los desafíos, algunos análisis, como el de Bloomberg Economics, sugieren que el acuerdo podría generar un aumento significativo en la economía de Mercosur y un menor, pero notable, beneficio para Europa. Se estima que para el año 2040, el pacto podría traducirse en un incremento del 0.7 por ciento para los países de Mercosur y del 0.1 por ciento para Europa.

Sin embargo, el verdadero atractivo del acuerdo radica en su potencial geopolítico. La Unión Europea busca expandir su influencia en una región donde China ha estado ganando terreno, una estrategia que podría consolidar su posición en el comercio global.

El futuro de Mercosur en el comercio global

A medida que el panorama comercial mundial se transforma, Mercosur ha estado activamente buscando nuevas alianzas. Este año, el bloque firmó un acuerdo de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), que incluye a Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. También aspira a cerrar negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos y Canadá para 2026.

Además, Mercosur está explorando la posibilidad de iniciar conversaciones con el Reino Unido y ha comenzado diálogos con Vietnam y El Salvador. El ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez, subrayó la voluntad de avanzar en las negociaciones, aunque reconoció que la UE tiene sus propios tiempos internos. No obstante, enfatizó que esos plazos no son infinitos.