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La realidad de los déficits comerciales
La economía de Estados Unidos se encuentra en una encrucijada, marcada por un déficit comercial persistente que ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos años. En 2022, el déficit fue de 945 mil millones de dólares, y en 2023, se estima que se mantenga en niveles similares.
Este fenómeno no solo refleja un desbalance en las cuentas nacionales, sino que también pone de manifiesto la dependencia de EE. UU. de las importaciones, lo que a su vez afecta la competitividad de sus industrias locales. La situación es crítica, ya que el déficit representa aproximadamente un tercio de las exportaciones del país, lo que plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de este modelo económico.
Política arancelaria y sus repercusiones
En respuesta a estos desafíos, la administración actual ha recurrido a la implementación de aranceles como una herramienta para intentar equilibrar la balanza comercial. Sin embargo, esta estrategia ha generado un debate intenso.
Por un lado, se argumenta que los aranceles pueden proteger a las industrias locales y fomentar la reindustrialización. Por otro lado, críticos advierten que estas medidas pueden provocar represalias de otros países, lo que podría agravar aún más la situación económica.
La historia nos muestra que políticas similares en el pasado, como las del Acuerdo Plaza en 1985, han tenido resultados mixtos, y la pregunta es si la administración actual aprenderá de esos errores o repetirá los mismos pasos.
El déficit fiscal y la deuda pública
Además del déficit comercial, Estados Unidos enfrenta un déficit fiscal creciente, que alcanzó los 1,83 billones de dólares en 2024. Este déficit, financiado en gran parte por la emisión de bonos, ha llevado la deuda pública a niveles récord, superando el 125% del PIB. La situación es insostenible y plantea un riesgo significativo tanto para la economía estadounidense como para la economía global. La reciente discusión en el Congreso sobre el presupuesto ha evidenciado la división entre los partidos, con propuestas que van desde recortes de gastos hasta aumentos de impuestos. Esta falta de consenso podría dificultar aún más la capacidad del país para abordar sus problemas económicos de manera efectiva.