La reciente victoria de José Antonio Kast, un político de derecha con posturas conservadoras, marca el inicio de una nueva etapa en la política chilena. A partir del 11 de marzo, este abogado de 59 años asumirá el mando de un país que enfrenta numerosos desafíos, como una economía estancada y un aumento notable de la violencia delictiva.
En este contexto, es fundamental entender los principales obstáculos que deberá superar su administración, así como las expectativas que ha generado en la población chilena. A continuación, se presentan los aspectos más relevantes que definirán su gestión.
Desafíos en el ámbito de la seguridad
A pesar de que Chile es considerado uno de los países más seguros de América Latina, la percepción de inseguridad inquieta a los ciudadanos. Kast ha prometido abordar esta problemática de manera frontal, enfrentándose a organizaciones delictivas transnacionales como el Tren de Aragua, que ha comenzado a operar en el país.
En la última década, se ha registrado un aumento del 140% en la tasa de homicidios, y los secuestros han crecido de manera alarmante. Con el objetivo de revertir esta tendencia, el presidente electo ha delineado un plan que incluye la expulsión masiva de inmigrantes indocumentados, el fortalecimiento de las fuerzas policiales y la posible intervención militar en áreas críticas.
Políticas de inmigración y su impacto
Kast ha manifestado su intención de invitar a los inmigrantes indocumentados a abandonar el país, una estrategia que sus detractores consideran poco factible. A diferencia de las tácticas implementadas en Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, Kast ha declarado que no apoyará redadas. Sin embargo, expertos advierten que si la inmigración no disminuye y la percepción de seguridad no mejora, su gobierno podría enfrentar serias complicaciones.
La economía en el centro del debate
Uno de los pilares fundamentales de la campaña de Kast ha sido el enfoque en la economía. Ha prometido recortar el gasto público en 6 mil millones de dólares en un plazo de 18 meses, aunque los detalles sobre cómo llevar a cabo esta reducción aún son escasos. Esto plantea interrogantes sobre cómo evitar una recesión en un contexto tan delicado.
La economista Stephanie Alenda opina que los recortes podrían parecerse a los implementados en otros países de la región, lo que podría tener consecuencias adversas para la población. Kast también ha expresado su intención de estimular la inversión mediante la disminución de impuestos y la reducción de regulaciones, buscando un crecimiento anual del 4%, muy por encima del 2.6% proyectado para.
La necesidad de consenso político
A pesar de que su partido, el Partido Republicano, cuenta con una mayoría en el Congreso, Kast podría necesitar el apoyo de la oposición, especialmente en el Senado, para avanzar en su agenda legislativa. Esto marcaría un cambio significativo en la postura de su partido, que durante su corta historia ha evitado alianzas con otros sectores políticos.
Analistas políticos, como Rodrigo Arellano, advierten que la oposición intentará bloquear muchas de las reformas que Kast busca implementar. En este sentido, el presidente electo ha manifestado que luchará por el destino de Chile, aunque su retórica en campaña ha dejado claro que no tiene intenciones de buscar compromisos.
Frente a la oposición social
La defensa de Kast hacia la dictadura de Augusto Pinochet ha avivado la resistencia en su contra, a pesar de que durante la campaña evitó profundizar en este tema. A pesar de haber suavizado su postura en cuestiones como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, considerar posibles indultos para violadores de derechos humanos podría intensificar la oposición.
En este contexto, es fundamental entender los principales obstáculos que deberá superar su administración, así como las expectativas que ha generado en la población chilena. A continuación, se presentan los aspectos más relevantes que definirán su gestión.0


