En un momento de gran incertidumbre y desafío personal, Diego y Tayla Sousa Neves decidieron dar un giro a sus vidas. Durante la pandemia de Covid-19 y en el proceso de recuperación de un accidente de moto, el matrimonio se enfrentaba a una crisis profesional y emocional. Fue en este contexto que surgió la idea de crear su propio negocio: Praça da Moça Café.
La conversación entre ellos fue sencilla pero poderosa. Diego preguntó a Tayla qué deseaba hacer a continuación, y su respuesta fue clara: «Sólo si es con café». Así, comenzó su travesía en el mundo del café, un sector en el que ambos no tenían experiencia previa más allá de ser consumidores habituales.
Un nuevo concepto de cafetería
La primera tienda de Praça da Moça abrió sus puertas en en Diadema, una ciudad del estado de São Paulo. Desde entonces, la marca ha crecido exponencialmente, con 30 unidades en funcionamiento y planes de expansión hacia más localidades. El objetivo es alcanzar 43 tiendas en los próximos meses y 75 para finales de 2026.
La elección del café como eje central del negocio se basó en una fuerte conexión emocional. Ambos habían pasado gran parte de su vida adulta en cafeterías, ya sea para trabajar, socializar o simplemente relajarse. Diego recuerda con humor: «Estamos acostumbrados a tomar café, pero era café de mala calidad».
Investigación y aprendizaje
Antes de lanzarse al mercado, Diego y Tayla se dedicaron a investigar a fondo el sector del café. Asistieron a cursos de barista y realizaron entrenamientos especializados. Aunque consideraron la posibilidad de asociarse con una marca reconocida a través de un modelo de franquicia, pronto se dieron cuenta de que los modelos existentes no se ajustaban a su visión.
«Queríamos crear algo desde cero, algo que realmente tuviera sentido para nosotros», afirma Tayla. Así nació la idea de un espacio que se asemejara a una plaza, donde la gente pudiera sentirse cómoda y pasar horas disfrutando de su café, un concepto inspirado en la teoría del tercer lugar del sociólogo Ray Oldenburg. Esta teoría sostiene que, para lograr un equilibrio en la vida, las personas necesitan tres espacios: el hogar, el trabajo y un lugar adicional para socializar.
Experiencia del cliente y productos únicos
El café ofrecido en Praça da Moça es de tipo especial, con una puntuación superior a 80 en la escala de la Specialty Coffee Association. Las tazas son diseñadas ergonómicamente y el café se puede servir en copas, similar a la experiencia de degustar vino, lo que añade un toque único al servicio. Además, la presentación de las bebidas se realiza en tablas de madera con forma de corazón, lo que refuerza la atención al detalle.
Franquicias y crecimiento
Después de abrir cinco unidades, los interesados comenzaron a preguntar si Praça da Moça era una franquicia. Inicialmente, la pareja respondía que no, pero al darse cuenta de la demanda, decidieron transformar su negocio en un sistema de franquicias. «Nos convertimos en franqueadores incluso antes de tener la franquicia formalmente estructurada», comenta Diego.
El costo para abrir una franquicia de Praça da Moça varía entre R$ 170 mil y R$ 219 mil, dependiendo de la ubicación y el tipo de tienda. Han establecido alianzas con Carrefour para la instalación de algunos locales, y han expandido su línea de productos, incluyendo gelatinas y la próxima introducción de panetones. También están presentes en espacios de coworking y centros comerciales.
El futuro del café
Diego y Tayla no desean replicar el modelo de franquicia que encontraron cuando consideraron adquirir una. Cada tienda de Praça da Moça tiene su propia identidad, y los franquiciados tienen la libertad de personalizar ciertos aspectos de su negocio. «El vínculo entre franqueador y franquiciado es como un matrimonio», dice Tayla, enfatizando la importancia de la colaboración y la creatividad compartida.
Los contratos de franquicia tienen una duración inicial de cinco años, y la pareja se asegura de evaluar el perfil del interesado antes de otorgar la franquicia. Su próximo objetivo es adquirir una finca en Carmo da Cachoeira, Minas Gerais, que será la principal fuente de café para la cadena. «Queremos controlar todas las etapas de nuestro negocio», concluye Diego, refiriéndose al deseo de plantar su propio café y seguir expandiendo su marca.



