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La jardinería en espacios reducidos
La jardinería se ha convertido en un pasatiempo muy popular, especialmente entre las generaciones más jóvenes que buscan formas de conectar con la naturaleza. Sin embargo, no todos cuentan con un amplio jardín donde puedan experimentar con diferentes plantas y cultivos.
Afortunadamente, la jardinería en espacios reducidos está en auge, y los árboles frutales en macetas son una opción ideal para aquellos que viven en apartamentos o casas con poco espacio exterior.
Variedades de árboles frutales para macetas
La Royal Horticultural Society (RHS) ha identificado varias variedades de árboles frutales que se adaptan perfectamente a la vida en macetas.
Por ejemplo, el manzano enano es una excelente opción para quienes desean comenzar su propia huerta en el balcón. Variedades como Discovery y Falstaff no solo son compactas, sino que también producen manzanas de calidad comparable a las de un huerto tradicional.
Las peras también son una opción viable. Las variedades Conferencia y Concorde son ideales para crecer en contenedores, ofreciendo frutos dulces y jugosos sin ocupar demasiado espacio. Además, la higuera Brown Turkey se beneficia de tener sus raíces restringidas, lo que la convierte en una excelente candidata para terrazas y balcones.
Consejos para el cultivo exitoso
Para aquellos que prefieren las ciruelas, las variedades Victoria y Opal son autofértiles, lo que significa que no necesitas más de un árbol para obtener frutos. Las cerezas también son una opción atractiva; variedades como Stella y Sunburst son perfectas para crecer en macetas y ofrecen cosechas generosas.
Por último, los arándanos requieren un suelo ácido, algo que se puede controlar fácilmente en un contenedor. Las variedades Northcountry y Chippewa son especialmente adecuadas para estos entornos.
Es importante recordar que, aunque estos árboles frutales son ideales para el cultivo en macetas, requieren cuidados específicos. La RHS recomienda colocar los maceteros en lugares soleados, regar abundantemente pero permitiendo que la tierra se seque ligeramente entre riegos, y proteger ciertas variedades de fríos excesivos durante el otoño e invierno. Además, es aconsejable cambiar de maceta cada uno o dos años para asegurar un crecimiento saludable.